Antes de convertirse en protegido de los emperadores Vespasiano y Tito, el judío Flavio Josefo (ca. 37-ca. 100 d. C.) participó en la guerra de liberación que su pueblo llevó a cabo contra el Imperio Romano y que acabó con la derrota y la destrucción del templo de Jerusalén, por lo cual fue testigo privilegiado de los últimos años del Estado judío antiguo. Este volumen reúne dos de sus más importantes escritos polémicos: la “Autobiografía” o «Vita» –traducida y prologada por M.ª Victoria Spottorno– es el relato de su vida desde la infancia hasta el reinado de Domiciano, y proporciona una vía inmejorable para trabar conocimiento con el personaje y su obra. “Sobre la antigüedad de los judíos” (o «Contra Apión») –traducido y prologado por José Ramón Busto– es una apología del pueblo judío y una visión racionalista y humanista del judaísmo del siglo i de nuestra era.
En la segunda mitad del siglo xix, las potencias occidentales dominaban el mundo a su antojo, mientras las distintas culturas asiáticas vivían su sometimiento al hombre blanco como una catástrofe. Eran muchas las humillaciones que occidente les había infringido, e innumerables los corazones y las mentes que habían soportado con resentimiento la autoridad de los europeos sobre sus países. Hoy en día, ciento cincuenta años después, las sociedades asiáticas parecen muy dinámicas y seguras de sí mismas. Eso no era lo que pensaban quienes durante el siglo xix las condenaban como Estados 'enfermos' y 'moribundos'. ¿Cómo fue posible esa larga metamorfosis de la Asia moderna? ¿Quiénes fueron sus principales pensadores y actores? ¿Cómo imaginaron el mundo en que vivimos y en que vivirán las generaciones futuras? Este libro pretende responder a estas preguntas y ofrecer una amplia visión de cómo algunas de las personas más inteligentes y sensibles de Oriente reaccionaron a los abusos (tanto físicos como intelectuales y económicos) de Occidente en sus sociedades. Y de por qué caminos sus ideas y sensibilidades se han extendido y evolucionado en el tiempo hasta engendrar el Asia que hoy conocemos y sus protagonistas, desde el Partido Comunista Chino, el nacionalismo indio, o los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda hasta el dinamismo tecnológico y económico de Turquía, Corea o Japón. Un libro fascinante que expone ante el lector occidental los últimos dos siglos de la historia intelectual de quienes fueron los pueblos sojuzgados del mundo y están llamadas a ser hoy las naciones más poderosas de la tierra.
Joachim Fest reconstruye en este impresionante ensayo, centrado en los últimos días de Hitler en el búnker, unos acontecimientos que significaron el completo hundimiento de una nación, en términos históricos, políticos y humanos. La caída del Tercer Reich en 1945 supuso la culminación de una catástrofe que acabó con innumerables vidas y convulsionó la historia de la humanidad, con una magnitud jamás alcanzada hasta entonces. Lo que sufrieron y soportaron quienes vivieron aquellos tiempos no fueron sólo los inevitables horrores de la derrota. Hitler se empecinó en que su fin conllevara la destrucción de todo el país, sentenciando: «Podemos hundirnos. Pero nos llevaremos a un mundo con nosotros».
Cada gran victoria militar acababa en la antigua Roma en un gran desfile por las calles de la ciudad hacia el templo de Júpiter, en la colina del Capitolio, en el que el general vencedor y sus soldados iban acompañados por los más importantes de los dignatarios derrotados y por el botín que habían capturado. Mary Beard analiza la magnificencia del triunfo romano, pero nos muestra también el lado oscuro de esta celebración del imperialismo que iba a servir de modelo para los monarcas y los generales de épocas sucesivas.
«En algunas raras ocasiones», ha dicho Robert Harris, «nos encontramos con un libro de historia que ilumina una época entera como con la luz de un relámpago. El libro de Mary Beard pertenece a esta rara y valiosa categoría».
Eric Hobsbawn dedicó este libro a unos personajes que no suelen aparecer en los libros de historia, aunque hayan dejado un legado más importante para nosotros que el de muchos reyes, ministros y generales. Gente poco corriente, como los héroes de una tradición radical que va de los destructores de máquinas de la primera industrialización hasta nuestros días, pasando por los «zapateros políticos». Como los guerrilleros de Vietnam, los estudiantes de mayo de 1968 o los protagonistas de la «revolución sexual». O finalmente, como los hombres del jazz, que acierta a situar en el lugar que les corresponde por justicia en la historia de la cultura del siglo XX.