Los Cuadernos Negros, especie de diario filosófico, enlazan las reflexiones más estrictamente teóricas con referencias a la situación personal y profesional de Martin Heidegger, así como a acontecimientos tanto históricos como cotidianos. Representan en este sentido un estilo de escritura y meditación filosófica extremadamente singular.
Técnica del arte de hablar encaminada prioritariamente a persuadir al otro, la Retórica nació y se perfeccionó en una sociedad como la griega antigua, de carácter y sistema político predominantemente orales, y para la cual el dominio de la palabra era una necesidad práctica. Aunque inscrito dentro de una tradición anterior, el tratado que a ella dedicó Aristóteles se apartó, sin embargo, tanto de caminos trillados como de una retórica de corte más sofístico, para llegar a constituir, lindando los campos de la ética, la política y la dialéctica, un texto no sólo orientado a conseguir la persuasión, sino a evaluar la realidad y a tomar las decisiones más correctas.
«La amistad es animal de compañía, no de rebaño». Nadie como Plutarco trató los sabores y sin sabores de la amistad. Esta edición reúne aquellos de sus escritos que nos enseñan a extraerle todo su jugo, bien sea consolar a los amigos, protegernos de aprovechados o ganar buenas amistades y conservarlas. Sabios consejos que siguen vigentes, pese a que los tiempos han cambiado. A la vez, Gonzalo Torné, con un ojo puesto en la obra de Plutarco, nos cuenta cómo las redes sociales nos han procurado nuevas maneras de ser y de tener amigos (y enemigos).
En relación con el concepto de «poder», sigue reinando el caos teórico. Frente a todo lo que el fenómeno tiene de obvio tenemos todo lo que el concepto tiene de oscuro. Para unos, poder significa opresión; para otros, es un elemento constructivo de la comunicación. El poder se asocia tanto con la libertad como con la coerción. También se asocia con el derecho y con la arbitrariedad. En vista de esta confusión teórica, según Han, es necesario hallar un concepto dinámico de poder capaz de unificar en sí mismo las nociones divergentes respecto a él; una forma fundamental de poder que, mediante la reubicación de elementos estructurales internos, genere diversas formas de manifestarse. De esta manera, quitaremos al poder esa fuerza que se basa en el hecho de que no se sabe exactamente en qué consiste.
Yun Sun Limet nunca podrá olvidar la última conversación que tuvo con su amigo, el filósofo Jacques Derrida. Ella estaba en plena mudanza, huyendo de París, comenzando otra vida, y él estaba ya enfermo de cáncer. Él dijo que esperaba que el nuevo tratamiento funcinara mejor, pero murió apenas unos meses después. Ella no podía imaginar entonces que al poco se vería siguiendo un tratamiento muy parecido y afrontando la posibilidad de una muerte temprana. Y es precisamente este vuelco inesperado de su propia existencia el que da origen a este libro. Gravemente enferma, la autora debe pasar una larga temporada en el hospital allí comienza a escribir a una serie de amigos, con los que desarrolla una meditación al tiempo íntima y teórica, de enorme lucidez y belleza, sobre el sentido de la vida y, muy especialmente, del trabajo. Así, a lo largo de treinta y nueve cartas (que no son sino correos electrónicos), Yun Sun Limet se dirige a unos pocos destinarios privilegiados, repasa de forma brillante la historia del trabajo en nuestra civilización, y se pregunta sobre el verdadero papel que éste juega en nuestras vidas.
Este brillante ensayo ocupa un lugar destacado en la obra de Hannah Arendt y sus originales contribuciones a la teoría política. Los aspectos fundamentales de las tres grandes revoluciones de la época moderna (la independencia-y formación de los Estados Unidos, el derrocamiento de la monarquía borbónica en Francia y la conquista del poder en Rusia por los bolcheviques) son estudiados en sus nexos internos para formular generalizaciones teóricas de largo alcance. Quizá la superior importancia que la autora atribuye a la Revolución americana respecto a la francesa, en discrepancia con las tesis habitualmente mantenidas por la historiografía tradicional, constituya la conclusión más notable del ensayo. Especial interés ofrece también el análisis de la guerra como rasgo político básico de nuestra época y elemento definitorio de la fisonomía del siglo XX, en estrecha relación de reciprocidad y mutua dependencia con el fenómeno revolucionario.