El Anticristo. Maldición sobre el cristianismo es una de las obras más polémicas y problemáticas, no solo de todo el legado nietzscheano, sino incluso de la historia entera de la filosofía occidental, entre otras cosas porque considera de forma muy crítica e implacable la que ha sido y es la religión mayoritaria de Europa, el cristinanismo.
Como expresa en su introducción Franco Volpi, El arte de insultar es el complemento perfecto de El arte de tener razón, pues, tal como acababa concluyendo el propio Arthur Schopenhauer (1788-1860), y aun previniendo contra él, éste era el último recurso cuando todas las demás artes de la argumentación habían fracasado. Si bien el fundador del pesimismo desaconsejó en todos sus escritos llegar a tal extremo, fue generoso a la hora de diseminar a lo largo de sus obras insultos, improperios, ofensas, escarnios y sentencias tajantes que, reunidas en orden alfabético en este volumen que difícilmente dejará indiferente a nadie, nos muestran una de las caras más atrabiliarias, fulminantes y políticamente incorrectas avant la lettre del filósofo de Darjzig.)
En la obra de Arthur Schopenhauer, pensador misántropo y pesimista denostado por sus amargas invectivas, el lector no encontrará candidos pensamientos con los que acompañar plácidamente el paso de los días. Sin embargo, se equivocará si busca en el autor tan solo una amarga visión de la vida, severos diagnósticos sobre la época que le tocó vivir o incluso, en último término, una exhortación al suicidio. Como muestra la presente selección de textos, a cargo de Ernst Ziegler, lo que brota de su pensamiento es la convicción de que debemos comenzar a vivir de nuevo cada día, pues resulta todo un arte permanecer con vida.
«La única forma de existencia es el momento presente, que es también la posesión más segura, aquella que nadie nos podrá arrebatar jamás.» Arthur Schopenhauer
No resulta ninguna novedad afirmar que el rasgo que define el pensamiento de Heidegger es la pregunta por el sentido del ser. Él mismo confirmó este hecho en múltiples declaraciones autobiográficas. Sin embargo, lo que todavía despierta el interés del lector de Ser y tiempo es observar cómo el horizonte de esa pregunta se va perfilando en el contexto de un rico juego de superposiciones filosóficas que, de una u otra manera, recorre el camino que conduce de la vida humana a la cuestión del ser. En este sentido, el presente tratado El concepto de tiempo (1924), que amplía considerablemente la conferencia homónima dictada el mismo año ante la Sociedad Teológica de Marburgo, ofrece una excelente aproximación a la temática heideggeriana que conducirá al lector a través de un sugestivo análisis de los diferentes modos de existencia impropia hasta la posibilidad extrema de la muerte como antesala que coloca al hombre ante el horizonte histórico y temporal de su propio ser.
¿Qué lugar ocupan la vergüenza, el miedo, la compasión, la confianza o la autoestima en la formación de la personalidad moral? ¿Nos gobiernan las emociones? ¿Son positivas para el discurso político? ¿Sería ética una soberanía del sentimiento? Victoria Camps lleva a cabo un estudio de las emociones para descubrirnos que los afectos no son contrarios a la racionalidad, sino que, por el contrario, solo desde ellos se explica la motivación para actuar racionalmente. Solo un conocimiento que armonice razón y sentimiento incita a asumir responsabilidades morales. Gobernar las emociones es adquirir madurez moral.
La moda se inserta en el centro mismo de la modernidad occidental. El objetivo primero de este libro es el de reinterpretar este problema en su totalidad. ¿Cómo entender la aparición de la moda en Occidente? ¿Cómo explicar la versatilidad de la elegancia? ¿Cuáles son los grandes momentos históricos, las grandes estructuras que han determinado la organización social de las apariencias? Hoy en día, hemos entrado en una segunda fase de la vida secular de las democracias, organizadas cada vez más por la seducción, lo efímero, la diferenciación marginal; en la segunda parte del libro la moda aparece como un instrumento de la consolidación de la democracia, de las sociedades liberales, como un vehículo inédito de la dinámica modernizadora. Tal es la provocativa tesis del autor.