Érase un vez un pobre lobillo que llevaba la comida de su abuela en un hatillo. Tropezó con la temible Caperucita Roja, imaginen ustedes todo lo que pasó después.
Asombro y puro placer despiertan estos cuentos "sin ningún porqué", donde lo increíble cobra vida. el árbol seco convertido en jirafa, el niño que gana la carrera con un pie ligero y otro pesado, el mono parlante que solo dice monosílabos, el pequeño ladronzuelo de las sombras de los demás, la ventana abierta sobre el piso en lugar de la pared...