ELLA ODIA LA NAVIDAD.
ÉL LA ESPERA BAJO EL MUÉRDAGO.
Casi un año después de la muerte de su madre, Helena viaja a Nueva York para continuar con su legado. Así es como retoma su labor en Chapters, una pequeña librería de barrio de Brooklyn.
Al mismo tiempo, Doyle, el hijo de la escritora más famosa de literatura romántica en Estados Unidos, busca formas de ayudar a su madre ahora que su salud comienza a tambalearse.
Tras varios encuentros en los que queda claro que no se soportan, Helena y Doyle tendrán que trabajar juntos para conseguir sus propios objetivos.
Lo que ambos tienen claro es que ninguno puede dejar que esta nueva proximidad laboral se convierta en algo más... sobre todo ahora que se acerca la Navidad, una de las épocas más románticas del año.
Ivy ha crecido entre lagos cubiertos de hielo y bosques vírgenes, rodeada de la nieve que tanto ama. Por eso, cuando se queda huérfana y se ve obligada a trasladarse a California, no puede dejar de pensar en lo que ha dejado atrás y el peligroso secreto que lleva consigo.
Ahora, la única familia que le queda es la de John, su padrino. Pero no tardará en comprender que su hijo Mason ya no es el niño desdentado que había visto en una foto cuando era pequeña. Cuando le sonríe por primera vez, Ivy se da cuenta de que convivir con él resultará más difícil de lo previsto. Mason no la quiere allí, y no se molesta en ocultarlo.
Mientras Ivy trata de mantenerse a flote entre las impetuosas olas de su nueva vida a orillas del océano, Canadá y sus misterios no dejan de atormentarla. ¿Logrará su corazón, blanco como la nieve, florecer de nuevo y vencer el hielo invernal?
DAMIÁN NO SE CONSIDERÓ AFORTUNADO HASTA QUE CONOCIÓ LOS OJOS DE BIANCA; ELLA NUNCA CREYÓ EN EL AMOR HASTA QUE SE ENCONTRÓ CON ÉL
Sus caminos se cruzaron cuando coincidieron una noche en el mismo callejón, al que llegaron escapando de sus caóticas vidas. Ese lugar se convirtió en Serendipia, un refugio en el que los problemas se extinguían con el humo de un cigarrillo. Bianca cree ser un torbellino que destroza todo a su paso, mientras que Damián solo la considera un rayo de luz para su vida. Él asemeja su realidad a un diluvio interminable, pero ella lo ve como una lluvia capaz de apagar los incendios de su corazón. Una historia de amor tan emotiva que querrás abrazar las almas de los protagonistas.
Nicki Aldrich y River Jackson han sido inseparables desde que llegaron al mundo con cuarenta y siete minutos de diferencia. Ella lo hizo envuelta en polvo de hadas. Él como si fuese un meteoro en llamas. El pequeño pueblo costero donde crecieron se convirtió en el escenario de sus paseos en bicicleta, las tardes en la casa del árbol y los primeros amores, secretos y dudas.
Sin embargo, con el paso de los años, River sueña con escapar de aquel rincón perdido donde todo gira alrededor de la tradicional pesca de langosta y Nicki anhela encontrar su lugar en el mundo. Pero ¿qué ocurre cuando nada sale como lo habían planeado? ¿Es posible elegir dos caminos distintos y, pese a todo, encontrarse en el final del trayecto?
Lara, una princesa guerrera que ha sido duramente entrenada en soledad, ha crecido con dos convicciones indiscutibles: la primera es que el Rey Aren es su enemigo; y la segunda, que será ella quien lo ponga de rodillas.
El Reino del Puente aprovecha su enclave privilegiado para enriquecerse y oprimir a sus rivales, incluyendo la patria de Lara. Así que, cuando es entregada para cerrar un acuerdo matrimonial para conseguir la paz, está preparada para hacer todo lo que haga falta para desgastar desde dentro las defensas del Reino... y derribar las de su rey.
Sin embargo, a medida que se infiltra en su nuevo hogar y va descubriendo los intereses que se mueven en este juego, empieza a preguntarse si realmente ella es la heroína de esta historia, o es la villana.
Caleb no es un chico corriente. Ha tenido una vida complicada, quizá por las habilidades especiales que lo convierten, a sus ojos, en un monstruo. El destino lo ha llevado a trabajar para gente de moral dudosa, a hacer cosas que le han manchado las manos y el alma.
Entonces, una de sus misiones se complica y se le asigna vigilar a Victoria, una humana tan normal como cualquier otra, con un trabajo rutinario, un apartamento pequeño y un gato extraño.
Debería ser el trabajo más fácil del mundo, pero termina teniendo que elegir entre el mundo que conoce y la única persona que alguna vez le ha importado.