Este pequeño volumen recoge tres relatos de Gérard de Nerval que se publicaron juntos por primera vez en 1852, apenas tres años antes del suicidio del autor (del que en 2025 se cumplen 170 años). En «La mano encantada», sin duda el más famoso de su producción cuentística, el joven Eustache Bouteroue se ve forzado a batirse en duelo con un pariente de su prometida y termina envuelto en una concatenación letal de desgracias. Por su parte, los otros dos relatos cortos, «El monstruo verde» y «La reina de los peces», comparten con el primero el carácter sobrenatural, fantástico, formando así una unidad temática que evoluciona de lo irreal a lo folclórico. Si bien ha habido numerosas traducciones de estos cuentos al castellano, hasta la presente edición nunca habían visto la luz en un solo volumen independiente, en este caso a cargo del traductor Mateo Pierre Avid Ferrero.
Joseph Conrad, maestro de la creación de atmósferas, despliega aquí en realidad dos cuentos: uno envuelto en la noche, en el que una pareja dialoga en pleno fervor de un reencuento; el segundo, dentro del primero, está envuelto en la niebla de la guerra, y en él se exponen los dilemas morales del capitán de un barco de guerra británico. En un modo típicamente conradiano se entremezclan el ambiente marino, la penetración psicológica, la reflexión acerca del bien y el mal, la búsqueda de la verdad y la visión pesimista sobre la naturaleza humana. Publicado por primera vez en inglés en 1917 en la revista 'Strand', la traducción al castellano de este relato se incluyó primero en el volumen 'Cuentos de la Gran Guerra' (Alpha Decay, 2008), y un año después se publicó por separado en la colección Alpha Mini. Esta nueva edición viene acompañada por un espléndido y atinado prólogo de Gonzalo Torné.
Se contaba que Orfeo era un poeta extraordinario, capaz de conmover con su canto a animales, hombres y dioses, que descendió al Hades a rescatar a su esposa difunta y que logró convencer a los dioses infernales de que le permitieran traerla de vuelta al mundo de los vivos, si bien fracasó a última hora por no ser capaz de cumplir la condición impuesta de no volverse a mirarla. Por extraño que parezca, este personaje del mito se convirtió en autor de un heterogéneo grupo de obras que expresaban un pensamiento religioso distinto del imperante en Grecia, con analogías con el Pitagorismo y con la religiosidad eleusina, que postulaba un trato diferente a los seres humanos en el Más Allá, según su comportamiento en vida, y que proclamaba la posibilidad de que sus almas fueran castigadas a retornar al mundo encarnada en otros cuerpos hasta lograr su liberación. Los autores de estas obras sobre el origen del mundo y de los dioses, la creación de los seres humanos y la forma de lograr la salvación prefirieron atribuírselas al mítico personaje, para prestigiarlas.
'Hay que entender que siempre hemos concebido el significado de las imágenes como algo quieto, fijo y clavado en la pared. Con Perejaume, y sobre todo con los transportes que ha llevado a cabo, nos hallamos ante un intento de liberar estos significados para ponerlos en un sistema de circulación, arrastrándolos por una orografía muy particular. Esto les obliga a tener accidentes, encuentros y encontronazos que ejercen una violencia productiva sobre el sentido que se les había adjudicado. Dicho de manera muy sintética, esto es lo que algunos han llamado el paso de un significado objetivo a uno trayectivo. No podemos olvidar que este tipo de transportes constituyen para Perejaume una modalidad de escritura. Él es el representante de lo que podríamos llamar una escritura total. Una escritura que se despliega caminando, dibujando o hablando, y que se hace viviendo. Es una escritura que exige salir de los espacios que a menudo protegen a las imágenes. Una vez a la intemperie quedarán expuestas a los embates de lo imprevisible.'
Viento fuerte se estrena en el Teatro Español el 19 de diciembre de 2024 y estará en cartel hasta el 2 de febrero de 2025. La dirección corre a cargo de José María Esbec. El teatro es la forma de escritura que encumbró a Fosse como autor excepcional. Escribió más de treinta obras a ritmo vertiginoso y saltó a la fama en los escenarios de París y Berlín. Después de su gran obra narrativa “Septología” volvió con “Viento Fuerte” en 2021 y en 2024, después de recibir el Premio Nobel, se representa en los escenarios su nueva obra Einkvan. El teatro de Jon Fosse se lee como una obra narrativa o su obra narrativa se lee como teatro. Los dos géneros se difuminan en la escritura del nobel. En este primer tomo de su obra teatral en español, Cristina Gómez Baggethun ha hecho una selección bajo supervisión del propio autor. En “Soy el viento”, el Uno y el Otro están en una barca, en la inmensidad del mar. En el puente, los personajes comparten un aguardiente, beben en silencio y se preguntan sobre el sentido de la vida que navega sin rumbo fijo. “Viento Fuerte” gira alrededor de un extraño triángulo amoroso. El tiempo y el espacio se desintegran. En un apartamento del decimocuarto piso, el viento sopla y la ventana cae lentamente al vacío. Un poema sobre el amor y la soledad. “Viento fuerte” nos lleva a presencias más allá de la realidad. En “Invierno”, una mujer y un hombre se encuentran de vez en cuando en una ciudad a donde el hombre llega en un viaje de negocios. Una conexión temporal amenazada por un final abrupto o un trastorno radical. “Sueño de otoño” es una historia de amor y un drama familiar. En un momento aparentemente fortuito, un hombre y una mujer se conocen en un cementerio. Se conocieron en una vida pasada y tal vez sentían nostalgia el uno por el otro.
La Dinastía Tang gobernó China entre los años 618 y 907. Fue una época de estabilidad política, prosperidad económica y esplendor de la cultura autóctona, apoyada en influencias foráneas. Hubo un fuerte desarrollo institucional, con iniciativas en pensamiento y religión, y creatividad en todas las artes. Fue también una época de eclecticismo y cosmopolitismo; nunca antes China estuvo tan abierta al contacto exterior.
Y en más de tres mil años de poesía en lengua china, ésta es la edad de oro. Cincuenta mil poemas han llegado hasta nosotros, con abundancia de géneros y modelos poéticos. Todos los funcionarios eran poetas dedicados al servicio del estado y, en algún caso, pagaron con el destierro o la muerte su apego incondicional a la justicia. Otros poetas eran ermitaños —taoístas o budistas— amigos de la soledad y la reflexión serena. En muchos casos, fueron funcionarios y anacoretas en momentos diferentes de sus vidas.