Jimmy Barranco Ventura es un hombre de ciencias, acostumbrado al rigor del pensamiento racional, a la búsqueda de evidencias y a las consultas y erudición especializadas. Cuando nos asomamos a sus escritos, lo comprobamos con facilidad. Allí sobresalen la exactitud y la precisión. Por supuesto, así tiene que ser porque se trata de una Maestro de la Medicina, de un profesor de Bioquímica y Nutrición Clínica por varias décadas. Pero hay un momento en que la paradoja se deja ver con su piel contradictoria. Jimmy Barranco Ventura es un hombre de ciencias que escribe con sentido de claridad, con preocupación de ser comprendido. Es decir, su escritura no es hermética, cerrada, no camina por los senderos de la especialidad ni recurre a la nomenclatura de sus saberes. El sabe que los medios de prensa, particularmente las publicaciones apoyadas en papel, como los periódicos diarios, son los libros del pueblo, son las bibliotecas de la población media. Entonces, su escritura se ubica en ese plano y, sin renunciar al rigor y a la exactitud que le vienen de las ciencias, pone a su lector en el centro de sus textos porque ese lector es su objetivo, para él es su conversación, su diálogo, su enseñanza, su magisterio.
El maestro José Ortega y Gasset, cuya obra pasó por las páginas de los diarios antes de llegar a la imprenta que la convirtió en libros, enseñaba que todo hombre tiene en la tierra una misión de claridad.