La teoría cuántica es la teoría más fascinante que haya concebido la imaginación humana. Se apoya en cuatro principios: la complementariedad (que exige incorporar la intención del investigador al experimento); la incertidumbre (que establece un límite al hecho mismo de observar); la espontaneidad (que niega que la materia sea inerte o mecánica, y la muestra activa y respirando luz); y el entrelazamiento (que obliga a reconocer que todo está relacionado con todo, como decían Parménides o Plotino). La filosofía entra en la propia teoría y los principios de libertad y reciprocidad espantan los fantasmas cartesianos del universo máquina. La intencionalidad del investigador se cuela en el experimento y la materia rehusa ser objetiva, reclamando su condición de sujeto.
La formulación de la teoría cuántica se debe a un conjunto de físicos geniales, capitaneados por Niels Böhr y sus dos escuderos: Heisenberg y Pauli. Tuvo, además, dos grandes enemigos, tan geniales como los anteriores, Einstein y Schrödinger, que paradójicamente contribuyeron a establecerla. Lo que muestra esta elegante teoría es que todo experimento acaba por convertirse en experiencia. El universo es el conjunto de todas las experiencias. La experiencia del materialista y la del idealista, la del creyente y el ateo, la del ave, el insecto, la planta o el mineral, son todas ellas reales. No en función de su contenido, sino por el hecho mismo de ser experiencias. La elección de una experiencia u otra es condicionada. La libertad no puede entenderse sin la necesidad. Esa es la revolución, filosófica, que plantea la nueva física. Un desafío en toda regla a nuestro modo de entender la realidad.
Timothy Snyder ha sido calificado como 'el principal intérprete de nuestros tiempos oscuros'. Como historiador, nos ha ofrecido sorprendentes reinterpretaciones del colapso político y las matanzas masivas. Como intelectual, ha orientado ese conocimiento hacia el consejo y la predicción, trabajando contra los autoritarismos. Su libro Sobre la tiranía ha inspirado a millones de personas de todo el mundo a luchar por la libertad. La libertad es el gran compromiso democrático, pero, como argumenta Snyder, hemos perdido de vista lo que significa, y esto nos está llevando a la crisis. Demasiados de nosotros vemos la libertad como la ausencia de poder estatal: creemos que somos libres si podemos hacer y decir lo que nos plazca, y protegernos de las extralimitaciones del gobierno. Pero la verdadera libertad no es tanto la libertad de, como la libertad para: la libertad para prosperar, para arriesgarnos por futuros que elegimos trabajando juntos. La libertad es el valor que hace posibles todos los demás valores. Basándose en la obra de filósofos y disidentes políticos, en conversaciones con pensadores contemporáneos y en sus propias experiencias, Snyder identifica las prácticas y actitudes -los hábitos mentales- que nos permitirán diseñar un gobierno en el que nosotros y las generaciones futuras podamos prosperar. Llegamos a apreciar la importancia de las tradiciones, pero también el papel de las instituciones. Este libro ayuda a forjar un nuevo consenso arraigado en una política de abundancia, generosidad y gracia.
El mayor experto mundial en el campo de la energía explica por qué no alcanzaremos el objetivo global de cero emisiones en 2050.
A pesar de los acuerdos internacionales, la regulación, la inversión pública y privada, el progreso técnico y los cambios de comportamiento, el consumo mundial de combustibles fósiles aumentó un 55 % entre 1997 y 2023.
En el mismo periodo, la proporción de combustibles fósiles en el consumo energético global ha pasado del 86 % al 82 %.
La cruda realidad es que la transición en curso será muy larga y complicada. Opera a una escala sin precedentes, exige tecnología que aún no ha sido inventada y cantidades ingentes de recursos naturales y plantea imponentes desafíos ambientales, sociales, económicos y geopolíticos. Debemos escoger: invertir un 20 % del PIB mundial en la transición; decrecer voluntariamente (o colapsar involuntariamente); o renunciar al objetivo climático de 1,5 ºC y fiar así el mundo al destino, devolviéndole a los dioses lo que la modernidad quiso quitarles.
He aquí el trilema en torno al cual gira este breve y fascinante ensayo, escrito por uno de los científicos e intelectuales más originales e influyentes de nuestro tiempo.
El libro de Jean Baudrillard, La sociedad de consumo, es una contribución magistral a la sociología contemporánea que, ciertamente, ya tiene su lugar en el linaje de obras tales como La división del trabajo de Durkheim, La teoría de la clase ociosa de Veblen o La muchedumbre solitaria de David Riesman.
Baudrillard analiza las sociedades occidentales contemporáneas, incluida la de los Estados Unidos, y se concentra en el fenómeno del consumo de objetos, tema que ya abordó en El sistema de los objetos. En la conclusión de ese volumen, ya formulaba el plan de la presente obra: «Hay que plantear claramente desde el comienzo que el consumo es un modo activo de relacionarse (no sólo con los objetos, sino con la comunidad y con el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural».
World-renowned interior visionary Veere Grenney takes us on an in-depth tour of his impressive residences in Tangier; Suffolk, England; and, for the first time, his new London home.
The book begins with his beloved Tangerine villa—a decade-long labor of love and must-see for all garden enthusiasts, completed with the help of friend and expert in wild garden design Umberto Pasti and a regency gazebo designed by architect Cosimo Sesti. Next, we visit the Temple, his 18th-century Suffolk “pocket Palladian” set within the parkland of Tendring Hall and with views of the fishing lake and geranium-filled garden. Grenney called this picturesque sanctuary home for much of 2020. Finally, with exclusive photographs and annotations, Grenney opens the doors for the very first time to his brand-new London home.