Cosas que ya no existen es un hito en la trayectoria de Cristina Fernández Cubas, un libro que la autora concibió como un recuento de escenas, personajes, viajes y momentos de su propia vida que pedían paso para una suerte de memorias, y que, imponiendose como historias, acabaron conformando un magnífico volumen de relatos vividos. Con las armas de la ficción, y el despliegue de una prosa envolvente y arrolladora, sus páginas nos transportan a un viaje transatlántico al Buenos Aires de los años setenta, a estudiar durante unos meses en El Cairo, a cruzar la frontera boliviana o a vivir singulares peripecias en distintos puntos del globo.
«-Anda,niña: dinos quién fue. Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certerom como a una mariposa cuya sentencia estaba escrita desde siempre.-»
Esta edición recupera la recopilación que el propio Hemingway hiciera de todos sus cuentos en 1938, conocida como Los cuarenta y nueve primeros cuentos, donde se encuentran relatos tan magistrales como «Los asesinos», «Las nieves del Kilimanjaro» o «Padres e hijos».
El mundo estético y moral de Hemingway se encuentra aquí destilado, seco, sobrio, cegador, latente. La caza, la pesca, el boxeo, la guerra, el alcohol, el deseo o la derrota son algunos de los materiales con que se construye esta obra cuyo aliento perdura con un vigor insospechado.
La tímida fascinación de un joven por una chica que se desliza por el hielo; la nostalgia que despiertan unas caricias al atardecer; la historia de un beso furtivo y otro vengativo y burlón. Éstas son algunas de las historias de amor que se recogen en estos cuentos.
El lector disfrutará con estas ingenuas y melancólicas reflexiones sobre los ardores y las aflicciones amorosas, y sobre dulces recompensas que deparan. Todos los relatos destacan por la sensibilidad romántica de Hesse, que refleja en el lirismo con que describe la naturaleza la inquietud que inspira el amor, tanto en la juventud, como en el desencanto de la madurez.
Aunque no tan conocidos como sus emblemáticas Siddharta (1922) o El lobo estepario (1927), estos Cuentos de amor constituyen un ejemplo de la prosa vital y deslumbrante que ha hecho de Hermann Hesse uno de los autores más leídos del siglo XX, y más populares entre el público joven.