El científico, que lleva más de treinta años investigando a estos animales y la evidencia de una caída alarmante en su número en todo el mundo, señala que la gran crisis comenzaría con la falta de suministro de alimentos a los humanos.
Goulson explora la conexión intrínseca entre el cambio climático, la naturaleza, la vida silvestre y la disminución de la biodiversidad; y analiza el impacto dañino por el uso excesivo de insecticidas y fertilizantes para la tierra y sus habitantes. Pero no se limita solo a señalar los problemas, sino que propone varias soluciones que pasan por estar informados y actuar para poder revertir la situación.
Planeta silencioso, que ya desde su título remite el clásico de Rachel Carson, Primavera silenciosa, es un libro delicioso escrito por una autoridad mundial en materia de biodiversidad pero también por un gran narrador que logra contagiarnos de su amor por estos seres vivos esenciales para la vida tal y como la conocemos, a la vez que hace un llamamiento para detener su declive, salvar nuestro mundo y, en última instancia, a nosotros mismos.
Los prestigiosos economistas Daron Acemoglu y Simon Johnson demuestran que el desarrollo técnico es indispensable para el avance de la democracia
El progreso no es un destino predeterminado, sino que depende de las elecciones que hagamos sobre la tecnología. Esta reflexión resulta muy pertinente en un mundo donde los avances digitales y la robótica amenazan a nuestros empleos y a nuestras democracias a través de la automatización excesiva, la recopilación masiva de datos y la vigilancia intrusiva.
Los prestigiosos economistas Daron Acemoglu y Simon Johnson emprenden en este libro un impresionante recorrido por la historia y el futuro de la tecnología, desde la revolución agrícola del Neolítico al ascenso de la inteligencia artificial.
Entre el reportaje periodístico, el ensayo, la crítica cultural y la historia social, Por un futuro brillante se presenta como una defensa radical y apasionada del ser humano, de nuestros derechos y libertades universales y de nuestro poder para cambiar el mundo que nos rodea. Porque todavía somos capaces de dar forma a nuestro futuro y comprender que los humanos somos algo más que engranajes en una máquina. ¿Queremos ser controlados? ¿O queremos algo mejor?
Si quieres conocer el mercado laboral que se avecina, léete este libro.
Si quieres sobrevivir y prosperar en la nueva era, ponlo en práctica.
El mundo para el que fuimos educados está dejando de existir. Las reglas del juego económico han cambiado. Somos una generación de transición entre dos eras: la industrial/analógica y la del conocimiento/digital. De ahí que no nos quede más remedio que reinventarnos, cuestionando las viejas creencias y consignas con las que fuimos condicionados. En caso de no hacerlo, pronto quedaremos obsoletos y nos quedaremos fuera del mercado.
Lo más difícil consiste en vencer el miedo al cambio. Irónicamente, evitar el riesgo y permanecer en nuestra zona de comodidad es lo más arriesgado que podemos hacer. Ha llegado la hora de saltar al vacío y emprender la travesía por el desierto, descubriendo de qué manera podemos desarrollar una profesión útil, creativa y con sentido que aporte mucho valor añadido. Solo así lograremos gozar de ingresos económicos abundantes y recurrentes en esta nueva era.
«Quien quiere encontrará un medio; quien no, una excusa».
PROVERBIO ÁRABE
Reconstruir el pasado es tarea compleja y resbaladiza, no importa qué vertiente de ese pasado nos interese. Los historiadores se basan fundamentalmente en fuentes escritas publicadas, pero existe otro tipo de fuente: las correspondencias. Querido Isaac, querido Albert – un guiño a Isaac Newton y a Albert Einstein – reproduce, explicando el contexto en el que fueron escritas, un extenso conjunto de cartas de algunos de los mejores científicos de la historia.
Es imposible dar idea de la variedad de temas que tratan las cartas que aparecen en este libro, tanto en su dimensión humana y personal, como en la científica e institucional, un libro que no tiene paralelo en ningún otro publicado hasta la fecha y que en más de un sentido constituye una historia (parcial) alternativa de la ciencia. Entre los muchos episodios que se tratan, se cuentan, por ejemplo, las cartas que cubren el proceso mediante el cual Edmund Halley convenció, y soportó, al siempre reacio Isaac Newton para que escribiera su inmortal libro de 1687, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica; la dramática carta que Lavoisier escribió en vísperas de ser víctima de la guillotina; las informaciones que Benjamín Franklin dio al presidente de la Royal Society inglesa de las ascensiones aerostáticas que presenció en París; la reacción de Charles Darwin cuando recibió la noticia de que Alfred Russel Wallace había llegado a la misma teoría de la evolución de las especies que él; la que Galois escribió a Auguste Chevalier la noche antes del duelo que acabó con su vida, resumiendo sus innovadoras ideas matemáticas; las que escribió Albert Einstein a su entonces novia, Mileva Maric, y otras a varios corresponsales que muestran la influencia que la filosofía ejerció para llegar a la teoría de la relatividad especial; la carta en la que Max Planck explicaba a Robert Williams Wood el sacrificio intelectual que tuvo que realizar para introducir los cuantos de luz; o una en la que Francis Crick explicaba a su hijo el descubrimiento de la estructura del ADN.