En Lágrimas de guerra, Stanislaw reafirma su estilo literario verdaderamente vanguardista, peculiarísmo, conciso, deslumbrante, y sobre todo: acrobático. Realmente Stanislaw es un acróbata de la palabra dentro de contexto literario. Juega con las palabras artificiosamente, sin temor a dejarla caer. Nos encontramos ante una especie de Fidias de la literatura. La narrativa de Stanislaw está enmarcada a lo que es una nuava técnica de escribir cuentos. Con la temática de esta obra, muy poco cultivada en la cuentística dominicana, Stanislaw presenta 9 historias verdaderamente conmovedoras, narradas en exquisitas maestría, y cuyos conflictos abiertos, pueden dejar en trance catártico a cualquier amante del género. Del Golfo Pérsico a troya, en cronológica retrospectiva, lágrimas de guerra es un testimonio épico que describe con psicológica sutileza las experiencias del soldado que regresa del campo de batalla trastornado por los efectos traumáticos de la guerra.
Una ventana para mirar al mundo es este libro. Un camino hacia el amanecer y su adorable luz. Hay aves, hay gorjeos, un oscilante pino majestuoso y erguidos cocoteros contra la línea del horizonte azul, y siempre eterno. Las estaciones vienen también a la ventana y anidan en el pecho. Aquí atrapó al otoño. Hoja a hoja van cayendo los versos de este libro hacia el alma. Cada poema una lágrima, cada imagen un beso y una flor. Capa tras capa, la insolente nostalgia nos recuerda lo perenne y lo efímero. El sedimento se convierte en poesía. Amor y desamor transitan juntos, risa y llanto, exaltación y paz…
Los ocres de la estación más leve atrapan la belleza del mundo, que es capaz de impregnarse en la brizna, en el polen, en la oscura pupila de una grulla silvestre o en el arco de un ala, y también, en la gracia que mora hacia nuestro interior… El otoño es amigo. El otoño es poesía; por eso este poemario abriga la sensación de pérdida inminente que se percibe en su silencio; y, al mismo tiempo, la infinita esperanza de renacer que lo habita.
Desde las primeras líneas sentimos que la dominicanidad -esa síntesis espiritual de lo que nos define en la historia y en la geografía, y también en nuestras interacciones con nuestro cotidiano, nuestros sueños y nuestras angustias-traspira en cada página de este libro. No es la primera vez que el autor recurre a ese recurso didáctico y de síntesis que consiste, para tratar un aspecto del alma nacional, en tomar un símbolo, un objeto o un personaje y convertirlo en un eje alrededor del cual giran sus meditaciones como intelectual y como ciudadano. Es como si cada libro representara un nuevo capítulo de una obra gigantesca y compleja de análisis y de reflexión en tomo al alma nacional... Una labor de observación y de resumen que viene realizando desde hace tiempo, partiendo cada vez, desde puntos de vista diferentes, pero siempre en tomo a un eje primario: nuestra identidad. Juan Carlos Mieses
Existe una diáspora dominicana bien asentada en Europa [...]. En el caso de la literatura, hay en diferentes países de Europa, pero sobre todo en España, un conjunto de autores que ejercen el oficio con entrega y dignidad. [...]. En esta ocasión, gracias a la Editora Nacional del Ministerio de Cultura de la República Dominicana, se realiza este esfuerzo editorial que agrupa a dieciséis narradores y narradoras residentes en Europa, quienes ya han publicado algún libro anteriormente y son conocidos por sus aportes literarios a nuestra comunidad y al panorama literario actual. Las aves que un día emigraron no es solo una selección, también es un canto, un homenaje a nuestra clase intelectual residente en este continente. Es un tributo a quienes se dedican con seriedad y empeño a este oficio.
ROSA SILVERIO
Aunque la reforma constitucional de 1994 no dejó
a todos los sectores políticos plenamente satisfechos
–por ejemplo, Peña Gómez y el PRD se quejaron de
que el período de Balaguer se aumentó a dos años
en lugar de un año y medio como se había acordado
y que se estableció el balotaje con un 50% en lugar
de un 40%–, en sentido general la solución a la que
arribaron los actores políticos y que se plasmó en la
reforma constitucional fue valorada positivamente
tanto en el país como en el exterior. Esta solución
evitó una profundización de la crisis política, a la vez
que garantizó la gobernabilidad democrática e introdujo
reformas institucionales que se han validado con
el paso del tiempo.
Lleva Di Pietro consagrados más de treinta años a la tarea de leer la novelística dominicana. En esta ardua tarea —pues arduo ha sido haber fatigado tantas novelas mediocres para hallar unas pocas páginas memorables—, siempre ha puesto altas dosis de pasión y honestidad: sus artículos suelen estar aderezados con unas gotas de irreverencia.
A Di Pietro se le podrá acusar de algunas cosas, pero jamás de no haber proclamado su verdad en sus escritos. En algunos círculos intelectuales se le ha llegado a tildar de bestia negra de la literatura dominicana, y existen personajes a quienes la sola mención de su nombre provoca urticaria.
Este libro constituye una novedad en la República Dominicana y llega en su momento mas oportuno porque viene a llenar un vacío en nuestra historiografía local, ya que muy poco se había tratado sobre el tema...
Joaquín, es un joven de origen gitano: nacido en Valencia. Raptado por corsarios, bajo circunstancias dudosas. Transportado a cientos de kilómetros fuera de su familia y llevado hasta Nápoles.
Dolor, soledad, ambición, sexo y recompensa, componen la trama central de esta novela, ambientada en el primer siglo de. de C.