James Joyce, irlandés (1882 - 1941), es uno de los más importantes escritores del siglo XX y, sin duda, el más importante renovador de las letras de nuestro siglo. Aunque más conocido por su novela , su obra poética tambien ha merecido los elogios de los más exigentes críticos y está reconocida como una de las cumbres de la poesía inglesa.
Alimentado en la infancia y adolescencia con la savia de la tradición celta de su Gales natal, ya a los veinte años conmovió el ambiente literario de Londres con un libro que proponía una poesía mágica, oscura pero también natural e instintiva, sostenida por una personalidad capaz de proponerse como mito de una generación. Fue periodísta, guionísta cinematográfico y de radio, inigualable recitador y narrador, pero sobre todo, y siempre, poeta de impetuosa vitalidad. Incapaz de adoptar una norma de vida, murió a los treinta y nueve años, destruido por el alcohol.
La personalidad poética de Thomas se distingue de la mayor parte de las voces del siglo por la originalidad de una dicción en la que se funden, sobre el sustrato celta, los movimientos y descubrimientos más significativos del siglo, desde los surrealistas franceses hasta el visionario de Blake y las metáforas audaces de los metafísicos del siglo XVII.
En esta obra Lord Bertrand Russell uno de los pensadores más lúcidos e influyentes que ha dado el siglo XX, reúne catorce ensayos escritos entre 1899 y 1954. En ellos expone y desarrolla los motivos de su agnoticismo, rebate los argumentos tradicionales del cristianismo, identifica el miedo como uno de los fundamentos principales de la religión cuestiona las contribuciones de la religión a la felicidad del ser humano y critica muy duramente los planteamientos del cristianismo en cuestiones sexuales. "Por qué no soy cristiano" es una de las más conmovedoras y convincentes defensas del no creyente que se han escrito desde los días de Hume y Voltaire.
Julien Sorel, con dieciocho años, hijo de un carpintero, es contratado por el señor de Rênal como preceptor de sus hijos. Julien, muy guapo, muy pálido y muy esbelto, no tarda en ser la envidia de todos los burgueses y pequeños nobles de Verrières. El joven, convencido de que ha nacido para grandes cosas y «con un alma hecha para amar lo hermoso», ama a la señora de Rênal. Sus amores secretos lo llevarán al seminario y luego a París, centro de la elegancia y la conspiración. Esta gran novela de Stendhal, en nueva traducción de María Teresa Gallego Urrutia, se adelantó, como dijo André Gide, a su tiempo. El siglo xxi aún está en deuda con ella.
Ben Mears has returned to Jerusalem’s Lot in hopes that exploring the history of the Marsten House, an old mansion long the subject of rumor and speculation, will help him cast out his personal devils and provide inspiration for his new book.
But when two young boys venture into the woods, and only one returns alive, Mears begins to realize that something sinister is at work.
In fact, his hometown is under siege from forces of darkness far beyond his imagination. And only he, with a small group of allies, can hope to contain the evil that is growing within the borders of this small New England town.
With this, his second novel, Stephen King established himself as an indisputable master of American horror, able to transform the old conceits of the genre into something fresh and all the more frightening for taking place in a familiar, idyllic locale.
Pocos años antes de su muerte, el propio William Faulkner recomendaba esta novela como aquella por la que debía empezar quien se acercara por primera vez a su obra. «He concebido la historia entera como un relámpago que iluminase de golpe un paisaje», declaró. La publicación de Sartoris en 1929 supuso que por fin viera la luz el mítico condado de Yoknapatawpha, escenario de muchos de sus relatos y novelas posteriores.
En Sartoris, Faulkner disecciona una clase social en decadencia a partir de una familia heredera de las tradiciones aristocráticas del Sur, a la que le queda únicamente la retórica romántica, el orgullo y la autocompasión para enfrentarse a un mundo en el que ya no encuentra su sitio.