Los ojos del hermano eterno, libro curiosísimo en la obra de Stefan Zweig, está escrito como una leyenda oriental situada mucho antes de los tiempos de Buda. Narra la historia de Virata, hombre justo y virtuoso, el juez más célebre del reino, que después de vivir voluntariamente en sus propias carnes la condena a las tinieblas destinada a los asesinos más sanguinarios, descubre el valor absoluto de la vida y reconoce en los ojos del hermano eterno la imposibilidad intrínseca de todo acto judicativo. Virata llega a ser, después de su renuncia, un hombre anónimo a quien le espera, una vez muerto, un olvido todavía más perenne, el de la historia que sigue su curso prescindiendo del hombre más justo de todos los tiempos.
Ninguna novela histórica ha cautivado la imaginación de los lectores tanto como Los pilares de la Tierra. Desde su publicación,en 1989, ha sido y sigue siendo el libro preferido de millones de lectores en todo el mundo y se ha convertido en un fenómenos sin precedentes. La novela evoca de forma magistral la construcción de la catedral gótica de Kingsbridge, en Inglaterra, en el siglo XII. Esta catedral se convierte en la clave de una historia absorbente y fascinante sobre la lucha por el poder, pero también sobre la dura realidad de la vida de Tom Builder, maestro constructor, y su familia.
La hechizante primera frase de esta novela ya dice mucho, quizá demasiado: «Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda». Esto es lo que ocurre al narrador, Víctor Francés, guionista de televisión y «negro» o «escritor fantasma», encargado de redactar los discursos de la gente importante e ignorante. Recientemente divorciado, es invitado a cenar a su casa por Marta Téllez, mujer casada cuyo marido está de viaje y madre de un niño de dos años. Tras la cena galante, el hombre y la mujer pasan al dormitorio donde, «aún medio vestidos y medio desvestidos», ella empieza a sentirse mal hasta que agoniza y muere en una escena sobrecogedora.Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de «encantamiento», con problemas bien reales e inmediatos: qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer respecto al marido, qué hacer con el niño dormido, qué diferencia hay entre lavida y la muerte. Una intensa narración sobre asuntos que nos atañen a todos: sobre el ocultamiento, los hechos y las intenciones; sobre el actuar sin saber y la voluntad que casi nunca se cumple; sobre la negación de las personas que una vez quisimos y el olvido y la indecisión; sobre la despedida, y también sobre el engaño, que quizá «es nuestra...
Fanny Price es una niña todavía cuando sus tíos la acogen en su gran mansión de Mansfield Park, rescatándola de una vida de premuras y necesidades. Ante sus ojos desfilará un mundo de ocio y refinamiento en el que los juegos y los bailes dejarán poco a poco de ser inocentes diversiones para alimentar adultas maquinaciones y estrategias de seducción.
Encuadernación: Rústica con solapasColección: Biblioteca J. J. BenítezCon esta novela-testimonio, J. J. Benítez completa el famoso diario del mayor norteamericano que saltó a los tiempos de Jesús de Nazaret. Si en Jerusalén. Caballo de Troya 1 se afirmaba que los evangelistas no habían contado la verdad sobre el Nazareno, en esta nueva obra vuelve a demostrarse. Y J. J. Benítez lo hace en otros dos oscuros y fascinantes capítulos de la vida de Cristo: sus apariciones después de muerto y su infancia. Conozca cómo se preparó este segundo traslado a la Palestina del año 30. Sepa también algo que el mundo ha ignorado: el diabólico plan ruso-norteamericano Rapto de Europa. En cuanto a los descubrimientos de Jasón en esta segunda exploración, he aquí algunos de los que desvela Masada. Caballo de Troya 2: ¿sabía usted, por ejemplo, que en la llamada última cena muchas de las palabras del Galileo fueron manipuladas e ignoradas por los sucesores de san Pedro? ¿Sabía que las apariciones del Maestro después de su resurrección fueron más numerosas que las relatadas por los Evangelios? ¿Imaginaba usted que María, la madre del Hijo del Hombre, habría sido calificada hoy como nacionalista?