`Polichinela´ forma parte junto con `Autorretrato en el estudio´ de un conjunto de libros en los que Giorgio Agamben propone una autobiografía intelectual de profunda belleza y sinceridad.Este libro lleva el subtítulo Divertimento para los muchachos, que hace referencia al álbum de ciento cuatro tablas en las cuales Giandomenico Tiepolo, recluido en su villa de Zianigo, como Goya en la Quinta del sordo, ilustra la vida, las aventuras, la muerte y la resurrección de Polichinela. Pero ¿quién es Polichinela? ¿Es un hombre, un demonio o un dios? ¿Qué se oculta bajo su máscara negra, que jamás se quita? ¿Y qué relación existe entre la filosofía y la comedia? Así como Tiepolo al final de su vida, también Agamben parece anudar en la figura enigmática de Polichinela los diferentes hilos de su pensamiento en una suerte de imaginaria autobiografía filosófica. Acaso la comedia no sólo es más antigua y profunda que la tragedia, sino que es incluso más cercana a la filosofía, tan cercana que, como sucede en este libro, parece casi confundirse con ella.
Un aspecto básico de la filosofía práctica de Aristóteles son sus teorías políticas, que en gran parte se exponen en los ocho libros que componen la Política. La obra, que posiblemente estaba compuesta por diferentes tratados, se basa en dos ideas fundamentales: la sociabilidad es un rasgo esencial de la naturaleza humana y la finalidad a la que tiende el hombre es la comunidad política. Esos son los dos pilares en torno a los cuales el filósofo de Estagira analiza la familia, la ciudad, el Estado y las constituciones, proponiendo diversos modelos ideales. Se trata de una obra compleja y capital que plantea no pocos temas y problemas, y que esta edición con su introducción y su excelente traducción anotada pretende clarificar.
Esta obra de Aristóteles es uno de los clásicos fundamentales de la filosofía universal. Junto con La República de Platón son los textos inaugurales de la reflexión sobre la política en Occidente.
La política es una actividad muy denostada hoy en día, pues es considerada como el ámbito de la corrupción, de las falsas promesas, de los abusos de poder… Esta concepción está inscrita en la tradición republicana y procede de Aristóteles, donde esta doctrina es vista desde esa perspectiva como una actividad eminentemente discursiva, realizada por ciudadanos libres e iguales, y con una rotación periódica entre quienes ocupan la posición de gobernantes y quienes están en la posición de ser gobernados.
Todos los ciudadanos, pues, deberían tener la oportunidad y el deber de ejercer funciones políticas.
En este libro, Aristóteles realiza la exposición del género-sujeto y principio de la filosofía práctica por medio del estudio de la comunidad, que tiene el mismo fin que el individuo: la felicidad.