La locura -dice Andrew Scull- es algo que nos asusta y que nos fascina, algo que obsesiona la imaginación del hombre y cuyos estragos están expuestos a la vista de todos. Es un témiino, por otro lado, que incomoda a unos y a otros, y un estado alrededor del cual ha crecido toda una industha dedicada a su gestión y su eliminación. En este libro transversal, Scull -uno de los autores más respetados internacionalmente en el estudio de las raíces históricas de los problemas mentales- examina la variada respuesta ante la locura a lo largo de los siglos en los ámbitos social, histórico y cultural, explorando de forma provocadora y amena la enfermedad mental a lo largo de más de dos milenios. El lector hallará en él, en suma, una breve y crítica historia de la Psiquiatría: una síntesis completa que atraviesa muchos campos del saber (literatura, arte, sociología y medicina) y que muestra de forma luminosa al curioso, al estudiante o al profesional los orígenes y los claroscuros de esta disciplina.
Nicolás Maquiavelo (Florencia, 1469-id. 1527) fue un político, escritor y filósofo del Renacimiento italiano que influyó de manera decisiva en el pensamiento occidental. Secretario de la República de Florencia, acometió numerosas misiones diplomáticas y reorganizó el ejército de Florencia. La caída de la República por obra de los Médicis (1513) lo apartó del poder, pero lo acercó a la literatura. Ese mismo año escribió su obra más representativa, El Príncipe, que no fue publicada hasta 1532, cinco años después de su muerte. Entre el resto de sus obras cabe destacar: Discursos sobre la primera década de Tito Livio (1512-1517), Del arte de la guerra (1519-1520), Historia de Florencia (1520-1525), Fragmentos históricos (1525); así como las comedias La mandrágora (1918) y Clizia (1525). Heredero de la filosofía política fundada por los griegos, se enfrentó a la vieja mentalidad cristiano-medieval, al tiempo que ponía las bases de la nueva mentalidad laico-burguesa. Nicolás Maquiavelo parte de los principales sucesos contemporáneos para definir un ordenamiento social diferente al de tiempos pasados, en el que la razón de estado tiene como objetivo la mejora de la sociedad y el perfeccionamiento del hombre.