Vivimos en una época de incertidumbre. En sociedades anteriores a la nuestra, los seres humanos han vivido con un futuro tal vez más sombrío, pero la estabilidad de sus condiciones vitales –por muy negativas que fueran– les permitía pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podían pasar hambre y sufrir la opresión, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situación propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos.
El siglo XXI se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobación, pero todavía más no saber cómo identificar ese malestar, a quién hacerle culpable de ello y a quién confiar el cambio de dicha situación.
¿Qué relación guarda la política con la ficción? ¿Por qué decidimos creer en ciertas ideas políticas en lugar de en otras? ¿Cómo influye la ideología en nuestra forma de imaginar el futuro individual y colectivo?
Jorge Lago y Pablo Bustinduy abordan estas preguntas a partir de un diagnóstico histórico: vivimos un tiempo de crisis profunda de las ficciones políticas tradicionales. El ciclo ideológico posterior a la crisis financiera ha dado lugar a una sensación general de agotamiento que, con el auge global de la extrema derecha, el cataclismo de la pandemia, la crisis climática y la guerra de Ucrania, amenaza con teñir de pesimismo cualquier idea de futuro.
Hoy, mientras se expanden los relatos complotistas, catastrofistas y etnicistas, cuesta pensar nuevas formas de emancipación o de futuro compartido distintas de la defensa de una idea mínima de bienestar o de la mera supervivencia del planeta. Este libro se plantea por qué hemos llegado a esta encrucijada, invitándonos a producir nuevas ficciones que den forma a horizontes políticos diferentes.
¿Cómo salvar la brecha aparentemente infranqueable entre la ciencia (responsable de entender la naturaleza) y la política (responsable de regular la vida social)? Desde hace tiempo, la ecología política pretende dar respuesta a este enorme desafío, cuyas consecuencias ponen en peligro la base de la democracia. Pero tropieza con dificultades para renovar la vida pública...
La naturaleza siempre ha constituido una de las dos mitades de la vida pública; la otra mitad forma lo que llamamos política, es decir, el juego de intereses y pasiones. Por un lado lo que nos une, la naturaleza, por otro lo que nos divide, la política. Y por eso es erróneo afirmar que la preocupación por la naturaleza es el sello distintivo de la ecología política: porque las controversias científicas que suscita y la incertidumbre sobre los valores que provoca, nos obliga a abandonar la naturaleza como modo de organización pública.
Para Bruno Latour, la solución reside en una profunda redefinición tanto de la actividad científica (que debe reintegrarse en el juego normal de la sociedad) como de la actividad política (entendida como elaboración progresiva de un mundo común). En este libro, Latour explora las condiciones y limitaciones de esta reformulación, lanzando un nuevo enfoque para el mantenimiento de un mundo más habitable.
A las chicas les duele la barriga porque el sexismo afecta a todo el mundo, todos los días ya sea de manera evidente o sutil, simple o compleja. ¿Por qué a las chicas les duele la barriga? es un manifiesto feminista que denuncia el malestar que sienten las mujeres desde la infancia hasta la edad adulta en una sociedad que no las perdona. Este manifiesto vio la luz en forma de fanzine en 2014. Después de venderse varios cientos de copias, la obra renace como un libro ilustrado con un texto enriquecido y apoyado por ilustraciones realistas y poderosas. ¿Por qué a las chicas les duele la barriga? ha sido concebido para provocar el debate, reflexiones y acciones en torno al feminismo y la lucha por el respeto a los derechos de las mujeres. En tanto que mujeres blancas privilegiadas, la autora y la ilustradora son conscientes de que su experiencia vital está muy lejos de ser como la de tantas y tantas mujeres en el mundo. Este libro, por tanto, no es una descripción integral de todas las realidades vividas, sino que intenta crear una toma de conciencia del sexismo cotidiano y de otros sistemas de opresión que sufren las mujeres y las niñas de todo el mundo.
¿Qué actitud debería cultivar para ser más feliz? ¿Cómo debo relacionarme con los demás para tener relaciones más sanas? ¿Qué puedo hacer para preocuparme menos por las cosas? Todos nos hacemos estas preguntas en algún momento de nuestra vida, aunque encontrar las respuestas no es tarea nada sencilla. ¿Te imaginas que pudieras preguntarle a un gran filósofo como Marco Aurelio?
En este libro encontrarás 79 preguntas sobre la vida junto a las respuestas de Marco Aurelio inspiradas en sus famosas Meditaciones y adaptadas a un lenguaje moderno y accesible. Los autores incluyen, además, reflexiones psicológicas que exploran cada mensaje con mayor profundidad y que ayudan a construir una actitud positiva ante a la vida. Si te enfrentas a algún reto en el trabajo, en tus relaciones, con la familia o incluso con la salud, estos mensajes te ayudarás a tomar perspectiva y a aumentar tu nivel de conciencia.