Frente a la hegemonía de la idea de que todo es cuantificable, el filósofo Achille Mbembe examina en este breve ensayo los principios fundacionales y las consecuencias políticas de un nuevo orden mundial alimentado tanto por racionalidades abstractas como por aspiraciones animistas.
El capital penetra ahora todas las esferas de la existencia y las sociedades humanas están organizadas de acuerdo con la misma directiva, la del Big Data. Pero el viejo mundo de cuerpos y distancias, espacios, objetos y fronteras continúa existiendo a pesar de esta transformación. En estos momentos somos testigos de un espectacular regreso del animismo a la par que la expansión de la cuantificación está provocando una aceleración sin precedentes de la digitalización de la humanidad.
Esta digitalización de la humanidad y su contrapartida, la humanización de objetos y máquinas, dan como resultado el brutalismo, un concepto que Achille Mbembe define como la estrecha superposición entre el pensamiento económico, electrónico y biológico.
Este nuevo ensayo de Achille Mbembe examina las consecuencias políticas de este nuevo sistema tecnológico y propone soluciones a algunas de las grandes cuestiones a las que se enfrenta la raza humana en este siglo: la superpoblación, los protocolos relacionados con las tecnologías de seguridad, la circulación de personas y objetos, el futuro de la vida y la razón o, nuevamente, la apuesta por una economía baja en carbono.
La transformación de la humanidad en materia y energía es el proyecto último del brutalismo. Este ensayo aboga a favor de una refundación de la comunidad humana en solidaridad con el conjunto de los seres vivos, que solo ocurrirá, sin embargo, a condición de reparar lo dañado.
«Lord Byron debe ser considerado un hombre, un inglés y un gran genio. Su talento es inconmensurable. Nadie puede ser representante de la era poética moderna excepto él, que sin duda debe ser considerado el mayor genio de nuestro siglo. No es ni antiguo ni romántico, sino como la actualidad misma». Johann Wolfgang von Goethe
Byron fue una celebridad, una auténtica superestrella de la literatura que se convirtió automáticamente en leyenda tras su muerte en 1824, durante la guerra de la Independencia de Grecia. De ahí que el principal problema para cualquier biógrafo consista en separar la verdad de lo sentimental, los hechos de lo interesado y lo espurio.
Fiona MacCarthy supera todos los escollos posibles tras haberse sumergido en todo tipo de archivos, como los de su editor, John Murray, la mayor fuente de correspondencia, objetos y manuscritos, algunos inéditos, del autor. Su profunda labor de investigación hace de esta la más ambiciosa, completa y precisa biografía del bardo inglés.
Además, la autora británica reinterpreta de manera rupturista la personalidad de una de las figuras más carismáticas del romanticismo europeo (él mismo se calificó como el «Napoleón de la rima»), y aporta una mirada fresca a su infancia, sus primeros viajes, su tragicómico matrimonio, la relación incestuosa con su hermana y la importancia en su vida y obra de las estrechas relaciones que mantuvo con chicos adolescentes.
Cámaras secretas se compone de lecturas, anécdotas y testimonios que buscan ahondar en la manera en que el cuerpo doliente nos ofrece una forma de narrarnos, de redescubrir la identidad aun a pesar de las pérdidas.
El Romanticismo eligió Andalucía y reinventó su paisaje montañoso y multicolor, sus recónditas y arriesgadas sendas, sus misteriosas ruinas, el trazado peculiar de sus pueblos y ciudades, y, sobre todo, su ambiente vivo y popular, atrajeron la sed de aventura y la moda viajera de unos europeos que huían del racionalismo y la modernidad. El turismo de los inicios venía protagonizado por las élites británicas de las más ilustres universidades: intelectuales, historiadores, anticuarios o científicos que descubrieron un país ignoto con una historia milenaria, distinta y distante del turismo de masas de la actualidad.
Este libro reúne 14 artículos y 2 conversaciones de Byung-Chul Han acerca de la expansión del capitalismo y sus consecuencias.
Lo que hoy llamamos «crecimiento» es en realidad la consecuencia de un aumento excesivo de carcinomas que destruyen el organismo social. Estos tumores metastatizan sin cesar y se multiplican con una vitalidad inexplicable y mortal. En cierto momento, este crecimiento ya no es productivo, sino destructivo.
El capitalismo ha sobrepasado hace mucho tiempo este punto crítico. Sus poderes destructivos producen catástrofes no solo ecológicas o sociales, sino también mentales. Los efectos devastadores del capitalismo sugieren la existencia de un instinto de muerte. Freud, inicialmente, introdujo la noción de «pulsión de muerte» con vacilación, pero luego admitió que «no podía pensar más allá» a medida que la idea se volvía cada vez más central en su pensamiento. Hoy es imposible refl exionar sobre el capitalismo sin considerar la pulsión de muerte.