Hace sesenta años el mundo se horrorizó con el descubrimiento de la realidad de Auschwitz, el escenario de la mayor matanza de la historia humana: un millón cien mil seres humanos asesinados, incluidos más de doscientos mil niños. Pero, más allá de las imágenes y de los testimonios de las víctimas, la realidad de lo que Auschwitz fue y significó ha seguido escapando a nuestra percepción.
Laurence Rees, que lleva quince años investigando el nazismo, no sólo ha utilizado la documentación aparecida en estos últimos años, sino que se ha valido de más de un centenar de entrevistas a supervivientes del campo y a sus verdugos nazis, que por primera vez hablan de sus experiencias, ahora que no arriesgan nada por dejar testimonio de lo que han vivido. Éste es el primer relato completo de la historia de Auschwitz, que se convirtió en un inmenso taller que trabajaba para la guerra, a la vez que en una fábrica de muerte, donde se acabó arrojando a los niños vivos a las hogueras, al no dar abasto las cámaras de gas. Un lugar singular, con funcionarios corruptos, con médicos sanguinarios como Mengele y hasta con un burdel para estimular a los prisioneros “muy trabajadores”. Pero tal vez lo más terrible resulte saber que cerca del ochenta y cinco por 100 de los miembros de la SS que trabajaron en el campo y sobrevivieron a la guerra han quedado impunes, que ni se arrepienten ni creen necesario excusarse con la obediencia a las órdenes recibidas y que ello no parece escandalizar hoy a sus conciudadanos. Este libro pretende despertar nuestras conciencias para que entre todos impidamos que vuelva a haber otro Auschwitz.
La robustez del gobierno de los Austrias fue esencial para que las políticas imperiales triunfaran y se expandieran por todo el orbe. La lealtad a la dinastía, la religión y la movilidad social fueron los tres pilares en las que se cimentó.
Alfredo Alvar, una de las máximas autoridades en la materia, se adentra en el complejo entramado político, social y económico que sustentó el imperio para responder a todas estas cuestiones y arrojar luz sobre su funcionamiento, crecimiento y configuración.
Una obra repleta de erudición que ofrece al lector todos los detalles sobre los aspectos más desconocidos del mayor imperio de su época.
En gran parte desconocida por los propios españoles, la gesta de la exploración, conquista y defensa que llevó a cabo España en lo que hoy son los Estados Unidos de América supone un acontecimiento histórico capital. Durante trescientos años, soldados, navegantes, misioneros, colonos y descubridores al servicio de España plantaron sus banderas en fuertes, poblados, misiones y ciudades repartidos por toda América del Norte, desde los límites de México hasta la frontera canadiense y Alaska.
Españoles fueron los primeros europeos que avistaron el Cañón del Colorado, cruzaron el río Misisipi, atravesaron las llanuras de Kansas, se internaron en los desiertos de Nevada o fundaron ciudades como Los Ángeles, Santa Fe o San Francisco. Mucho antes de que Estados Unidos existiera como nación, España había conquistado ya el Far West y combatido o pactado con las principales tribus indias que luego el cine de Hollywood haría famosas. Desde Florida a California las enseñas hispanas ondearon sobre un enorme territorio que tuvo que ser defendido con escasísimos recursos. Banderas lejanas incluye por primera vez la relación de todos los fuertes, puestos fortificados, misiones y presidios españoles en Estados Unidos y Canadá. Esta obra presenta asimismo una panorámica completa de los esfuerzos políticos y militares, y de los personajes que contribuyeron a fijar la historia apasionante, violenta en ocasiones y casi siempre heroica, de unos hechos que merecen ser rescatados.
El prestigioso historiador Marcus Rediker arroja luz sobre los rincones más oscuros de los barcos esclavistas británicos y estadounidenses del siglo XVIII, instrumento imprescindible de la mayor migración forzada de la historia y una de las claves de los orígenes y el crecimiento del capitalismo global. Basándose en treinta años de investigación en archivos marítimos, registros judiciales, diarios y relatos de primera mano, reconstruye con escalofriante detalle un mundo casi perdido en la historia: las «cárceles flotantes» al frente del nacimiento de la cultura afroamericana, el eslabón perdido en la cadena de la esclavitud estadounidense. Durante tres siglos, los barcos de esclavos transportaron a millones de personas desde las costas de África hasta las Américas a través del Atlántico. Se sabe mucho sobre el comercio de esclavos o el sistema de plantaciones estadounidense, pero poco sobre los barcos que lo hicieron posible. Rediker recrea el drama humano que se desarrollaba en estas embarcaciones, las vidas, muertes y terrores de capitanes, marineros y esclavos a bordo de una «prisión flotante» rodeada de tiburones. Desde un joven africano secuestrado de su aldea y vendido como esclavo por una tribu vecina hasta un aspirante a sacerdote que acepta un trabajo como marinero en un barco de esclavos, aquí se narra una historia de tragedia y terror, pero también de resiliencia y supervivencia. Un documento imprescindible que restaura el barco de esclavos a su lugar legítimo junto a la plantación como instituciones formadoras de la esclavitud, un retrato vívido e inolvidable del barco fantasma de nuestra conciencia moderna.
«Nueva York es una ciudad de cosas que se pasan por alto», escribió hace sesenta años un joven reportero llamado Gay Talese, que pasaría el resto de su carrera desafiando su propia afirmación al prestar atención a aquellos detalles que los demás escogían ignorar y convirtiéndose así en uno de los padres del Nuevo Periodismo. Ahora, a sus más de noventa años e inspirado en el memorable personaje de Melville, Talese echa la vista atrás pararecordar a todas esas personas anónimas que definen una ciudad como Nueva York, desde el escritor de obituarios del New York Times hasta el entorno de Frank Sinatra, o el doctor Nicholas Bartha, un moderno Bartleby que prefirió volar por los aires su edificio en el Upper East Side, muriendo y matando en el acto, antes que renunciar al sueño americano. Retratos agudos de aspirantes a ricos, inmigrantes en apuros, magnates rusos e incluso un traidor durante la Guerra de la Independencia que configuran una ciudad caleidoscópica y suponen una última mirada atrás en esta obra de despedida del gran maestro en el arte de contar historias.
Dime cómo bebes y te diré a qué Dios te debes: a través de los siglos, las religiones y las culturas, la ingesta de alcohol se ha visto como una tradición venerable, un ritual divino, un irrenunciable placer mundano, una peligrosa adicción e incluso una enfermedad del alma. En Beber o no beber, Lawrence Osborne, nómada ilustre, gentleman dionisíaco y excrítico de vinos de la revista Vogue, recorre varios países de Oriente y Occidente con un único propósito: hacerse con un trago a todo trance, ya sea en un glamuroso hotel de Milán o en un tugurio de mala muerte en Pakistán, donde desafiar la prohibición islámica del alcohol puede acarrear consecuencias mucho más graves que una mala resaca.
De copa en copa, nuestro turista beodo entra en contacto con culturas etílicas radicalmente opuestas, y se pregunta: ¿es el consumo de alcohol un signo de civilización y de cordura, o lo contrario? ¿En qué punto del espectro que va de la celebración del alcohol a su condena más absoluta se encuentra cada sociedad?, ¿y qué nos dice eso acerca de su ética y su estética? En estas crónicas irreverentes, desopilantes y políticamente incorrectas, Osborne logra la proeza de brindar agudas reflexiones sobre la siempre controvertida relación entre Oriente y Occidente..., sin dejar de empinar el codo.