La casa es el acontecimiento moral por excelencia. Antes de ser un artefacto arquitectónico es un artefacto psíquico que nos hace vivir mejor de lo que la naturaleza nos permitiría. Es el esfuerzo por adaptarnos a nuestro entorno y viceversa, una forma de domesticación mutua entre las cosas y las personas. Es la prolongación de lo que empezamos a hacer cuando nacemos: construir una intimidad con cuanto nos rodea. Por eso coincide con el «yo», y nos muestra que para decir «yo» necesitamos a los otros.
A partir de su experiencia en las treinta mudanzas que ha realizado a lo largo de su vida, el autor combina distintas disciplinas para analizar temas aparentemente cotidianos, como la configuración de la cocina, las camas, los pasillos e incluso los cuartos de baño, pero que, sin embargo, constituyen el telón de fondo de cuestiones fundamentales como la crianza, el sexo o los cuidados. Un heteróclito conjunto de conocimientos e historias que, con un brillante y muy personal estilo, nos orientan, en definitiva, hacia cómo ser felices, aquí y ahora, junto a los demás
En lugar de presentar una filosofía de la religión o de informar sobre las numerosas filosofías de la religión que existen, Schaeffler trata de clarificar, a modo de ejemplo, algunas formulaciones de los problemas que en los distintos periodos de la historia.
¿Puede haber una filosofía de la vejez? ¿Una manera de pensar que propicie, además, una vejez activa, que se abra paso en una sociedad que muchas veces la ignora o descarta? La pregunta toca el corazón de esa etapa de la vida de inexorable atenuación pero que, aun así, puede ofrecernos sus intensidades. En este libro profundo, fresco y fascinante, Esther Díaz indaga los diferentes pensamientos filosóficos para atravesar la "edad de la libertad", como le gusta llamarla. Si para Platón la adultez mayor traía mesura y sabiduría y para Aristóteles todo era decadencia física y mental; los estoicos, sin embargo, la estudiaron con alegría. Deleuze, Foucault, Guattari, Sartre, De Beauvoir -entre tantos otros- abordaron la vejez desde el pensamiento y la propia experiencia. Díaz va todavía más allá para repensar el rol de las viejas y los viejos en la actualidad: el compromiso político en defensa de sus derechos, el empoderamiento de las mujeres que ya no tienen que satisfacer los estereotipos impuestos, la búsqueda de nuevas formas de placer, la importancia de cuidarnos, valorarnos, tener autoestima y disfrutar plenamente la segunda etapa de la vida. Esther Díaz, filósofa y escritora, contagia en esta nueva obra toda su pasión, nos invita a ejercer una profunda crítica a las sociedades que tienen fobia a las vejeces y propone que el deseo -aun antes que la esperanza- sea lo último a lo que estemos dispuestos a renunciar.
El presente volumen reproduce, de acuerdo con la edición alemana de Annemarie Gethmann-Siefert y Bernadette Collenberg-Plotnikov, uno de los juegos de apuntes correspondientes a las lecciones de Hegel sobre estética o filosofía del arte impartidas en el semestre de verano de 1826. Se trata de los apuntes, tomados al dictado en clase, de Friedrich Carl Hermann Victor von Kehler, actualmente en posesión de la Biblioteca de la Universidad de Jena y cuya autenticidad no admite dudas, que tiene la ventaja de ofrecer la mayor cercanía posible a la pa- labra hablada de Hegel.
Mientras que el texto conocido de la Estética, realizado por su discípulo Heinrich Gustav Hotho, conduce a numeroso problemas y divergencias de interpretación, esta Filosofía del arte tiene la ventaja de ofrecer la reconstrucción de sus reflexiones originales sobre filosofía del arte en las lecciones de Berlín de 1826.
Esta edición de las lecciones sobre la Filosofía del derecho de Hegel presenta en castellano una versión completa del curso a partir de dos manuscritos de clase distintos y complementarios. Este semestre es especialmente atractivo para la historiografía hegeliana, por la razón de dar cuenta por primera vez de la lectura de Hegel de los economistas políticos Jean-Baptiste Say y David Ricardo. Asimismo, se impartió antes de la publicación de la Filosofía del derecho (1821) y en el contexto de los "Decretos de Karlsbad", de modo que da cuenta de excepcionales y singulares tesis en torno a la teoría del valor y del capital, del Código Napoleónico.
La profunda indagación que presenta Filosofía del desistir reivindica, a través de la mirada histórica y filosófica, el regreso de la contemplación como parte fundamental del conocimiento; y este retorno únicamente puede procurarse desde el diálogo profundo entre Occidente y Oriente, que ya tuvo momentos de enriquecimiento mutuo en etapas claves del pasado determinantes para nuestra mirada. Los parlamentos propuestos van hilando el camino, partiendo, en un primero, de la concepción del sujeto y el acercamiento a la naturaleza de la conciencia desde la filosofía de Nietzsche y los textos budistas del Abhidhamma, para seguir el recorrido, en parlamentos posteriores, a través del pensar nietzscheano y las distintas etapas de la filosofía de Martin Heidegger, ambas en continuo diálogo con los pensadores de la Escuela de Kioto, Nishida, Tanabe y Nishitani. Desde el comienzo hasta su término, la totalidad del texto crea un círculo que regresa de nuevo al principio, con el fin de hallar el inconocimiento que siempre forma parte de nuestro conocer y la posibilidad de su presencia en una filosofía del desistir.