¿Alguna vez te has angustiado por si lo estás haciendo bien? ¿O te has sentido culpable por no haber sido un padre perfecto?
Libérate del miedo y déjate llevar por la emocionante aventura de educar a tus hijos.
Todos queremos criar hijos felices, sanos y exitosos, pero llevarlo a la práctica es algo más complicado. A medida que avanzamos en la crianza, descubrimos un sinfín de consejos contradictorios que nos pueden llevar a hacernos sentir culpables y frustrados. Hoy, más que nunca necesitamos padres conscientes que desarrollen una profunda conexión con sus hijos. Este libro nos enseña que no hay una «forma correcta» de educar y ofrece las herramientas necesarias para despojarnos de todo complejo, liberarnos de falsas creencias y, sobre todo, ayudarnos a educar desde la tranquilidad, la calma y la serenidad.
"El Arte de Vivir en la Edad Madura: Guia para Disfrutar en la Segunda Mitad de la Vida", es una obra eesencial para quienes aspiran a vivir su madurez con plenitud y sabiduria. En este, su tercer libro, Martha Beato explora la riqueza de la vida madura, desmitificando la idea de que el envejecimiento es sinonimo de deteriorio.
En los últimos tiempos se ha hablado mucho sobre las relaciones tóxicas y cómo evitarlas, y estos mensajes nos han permitido salir de lugares que nos dañan para darnos cuenta de que el amor puede ser de otra manera. Sin embargo, una vez hecho todo ese camino para dejar atrás malos hábitos puede que nos enfrentemos al temido «¿y ahora qué?».
El libro que tienes en tus manos viene a solucionar esta pregunta. La psicóloga Paula Delgado, experta en responsabilidad afectiva y gestión emocional, nos brinda en estas páginas las herramientas necesarias para alinear nuestras relaciones con nuestros valores, comunicar nuestras necesidades de manera constructiva y marcar límites que nos permitan construir vínculos sanos. El objetivo es tratar de aportar claridad para aprender a gestionar nuestras relaciones desde el amor y el respeto, para aprender a amar bien y sentirnos bien queridos y escuchados.
Al enfrentar desafíos, tareas desagradables y cuestiones contenciosas como las tareas escolares, el tiempo frente a la pantalla, las elecciones alimentarias y la hora de dormir, los niños a menudo se comportan mal o se cierran, respondiendo con reactividad en lugar de receptividad. Esto es lo que los autores superventas del New York Times, Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, llaman una respuesta de No Cerebro.
Pero nuestros hijos pueden ser enseñados a abordar la vida con apertura y curiosidad. Los padres pueden fomentar la capacidad de sus hijos para decir sí al mundo y dar la bienvenida a todo lo que la vida tiene para ofrecer, incluso en tiempos difíciles. Esto es lo que significa cultivar un Cerebro afirmativo.
Cuando los niños funcionan desde un cerebro afirmativo, están más dispuestos a tomar riesgos y explorar. Son más curiosos e imaginativos, menos preocupados por cometer errores. Son mejores en las relaciones y más flexibles y resilientes cuando se trata de manejar la adversidad y los grandes sentimientos.
¿Por qué los adolescentes se acuestan tan tarde? ¿Es normal que nos lo cuestionen todo? ¿Sabías que están más indefensos que los adultos frente al estrés y tienen más tendencia a la ansiedad o la ira? ¿Por qué en su habitación reina el desorden?
Los adolescentes son diferentes porque también lo es su cerebro: más fuerte y, al mismo tiempo, más vulnerable que en cualquier otra etapa de la vida. Los adolescentes se comportan como adolescentes porque eso es lo que son y lo que tienen que hacer.
La adolescencia es época de cambio, de renovación y de crecimiento para el cerebro. Con el fin de abandonar los comportamientos típicos de la infancia y adquirir conductas propias de los adultos, el cerebro madura, hace nuevas conexiones y elimina otras. Es una época de cierto caos, pero también emocionante, de descubrimiento y renacimiento.
A la vez que mejora su capacidad para las relaciones sociales y su pensamiento se vuelve más complejo, los adolescentes se ven invadidos por múltiples emociones y anhelos nuevos que muchas veces no son capaces de gestionar y les provocan estrés, angustia y sufrimiento que sus padres también padecen, sin saber cómo ayudarles.
La sociedad hiperconectada en la que viven agrava muchas veces estos problemas. El adolescente busca «ayuda» en la red, donde encuentra a otros jóvenes en situaciones parecidas a la suya que retroalimentan su caos emocional.
Depresión, trastornos alimentarios, autolesiones, apatía, fracaso escolar, aislamiento, abuso de alcohol y drogas, conductas violentas, tendencias suicidas, son algunos de los trastornos emocionales que se tratan en el libro, enfocado para ayudar a los padres de adolescentes a valorar los problemas de conducta de sus hijos y proporcionarles las claves necesarias para abordarlos.