La situación que hemos vivido ha mostrado los descosidos del sistema educativo y ha puesto de manifiesto lo alejado que este se halla de la realidad. Se ha desvelado la inflexibilidad del currículo: es este el que ha de adaptarse a la realidad, no al revés. Estos meses, al hablar de educación, los verbos que más se han escuchado han sido examinar y evaluar. Es la vida la que nos está poniendo a prueba, y lo que tenemos que evaluar es el sistema. Así que, en lugar de buscar diferentes respuestas a las preguntas de siempre, quizá debamos cambiar las preguntas: ¿qué herramientas necesitan los niños y las niñas? ¿Qué carencias encontramos en la educación que hemos recibido? ¿Servirá lo que hemos vivido para reflexionar o volveremos a la educación prepandemia como si nada hubiera pasado? Tenemos que aprovechar este momento para replantearnos la educación que queremos: si hay algo que está claro, es que todo comienza en la educación.
Este libro trata de aprendizajes, lenguajes y alfabetismos; también de cerebros y cuerpos; de modos de hablar, textos, medios de comunicación y comunidades. Son temas que habitualmente se estudian en diferentes e incomunicados departamentos académicos, sin embargo todos forman parte de un proceso interactivo: el desarrollo de los seres humanos.
Así, en un mundo fracturado por ideologías en conflicto, James Paul Gee nos insta a considerar un conjunto más amplio de ideas de disciplinas aparentemente no relacionadas para hacer viable una educación más relevante. Propone un marco de principios que pueden usarse para repensar la educación, específicamente los distintos alfabetismos, para preparar mejor un alumnado implicado en procesos colaborativos y para garantizar la paz y la sostenibilidad.
El aprendizaje es la capacidad más extraordinaria de nuestro cerebro, lo que equivale a decir que es la capacidad más extraordinaria del ser humano. Que nuestro propio cerebro se modifique, físicamente, para ser capaz de leer, de tocar la guitarra, de realizar complejos cálculos matemáticos..., es una maravilla que no tiene igual en el resto de la naturaleza. Además, esta habilidad la podemos cultivar y alimentar para tener una experiencia del mundo más rica, o bien podemos descuidarla y perder la oportunidad que cada día tenemos al alcance de nuestros sentidos.
A través de estudios científicos de psicología cognitiva y neurociencia, y a partir de su propia experiencia como aprendiz y enseñante, Eduardo Sáenz de Cabezón -matemático, profesor y divulgador- nos invita a un viaje fascinante por los misterios del aprendizaje y, de una manera práctica, nos invita a aprender a aprender, a disfrutar de la curiosidad y así a gozar de una vida mucho más plena.
¿ESTÁS LISTO PARA APRENDER A APRENDER?
La educación debe empezar por el principio. Si la ciudadanía legal comienza, en nuestro país, a los dieciocho años, la ciudadanía "educativa" debe empezar mucho antes. Para ello es necesario que las propuestas concretas de acción cívico-social en el aula partan de una amplia reflexión pedagógica que favorezca un clima de ciudadanía en los centros escolares. Una reflexión que permita a los educadores profesionalizarse en la función comprensiva, como mediadores e intérpretes, de los acontecimientos cívicos. La educación cívico-social no debe acentuar el papel de estudiantes o alumnos, sino el de aprendices de la ciudadanía democrática. Este libro pretende colaborar en esta dirección considerando, principalmente, las posibilidades de la educación cívico-social en la educación infantil. ¿Cómo puede el educador contribuir a la formación cívica? ¿Cómo se puede comprender y aplicar el principio de interdependencia humana en la educación infantil? El objetivo cívico-social de que los alumnos adopten críticamente los valores democráticos ¿se puede lograr en la educación infantil? ¿Cuáles son los itinerarios de formación de los educadores para que contribuyan a la formación crítica de sus alumnos? A estos y otros interrogantes trataremos de dar aquí respuesta.
«Para educar a un niño hace falta la tribu entera, pero padres y docentes constituimos el equipo pedagógico básico de una sociedad.»
El objetivo de la educación es fomentar la inteligencia práctica. Los gurús del management insisten en la necesidad del talento, y hay profesionales que se dedican a buscarlo. La cuestión es cómo desarrollarlo en nuestros niños y niñas, y también en nosotros, pues es un hábito y, como todos los hábitos, es difícil de adquirir.
Asimismo, hay muchos tipos de inteligencias. Esta obra pretende ayudar a los más pequeños a descubrirlas. Cada uno de nosotros tiene fortalezas y debilidades, pero hay un «talento básico» que debemos intentar reforzar universalmente, y de éste trata sobre todo este libro. Nos referimos a la capacidad de saber qué hacer con nuestras destrezas y también con nuestras limitaciones para dirigir nuestra acción hacia una vida plena.
En este libro se abordan los fundamentos teóricos del debate contemporáneo en torno a la educación como bien público y común. Para ello, se analizan las bases teóricas de los conceptos de “bien común” y “bien público” y su relación con la doble condición de la educación como “derecho” y “servicio”. Además, se estudian diferentes comprensiones posibles de la educación en un contexto de privatización y mercantilización crecientes. El libro reivindica a la educación como un bien público y común, a las escuelas como las instituciones que mejor capacitadas están para extender y asegurar derechos y oportunidades para todos, y a sus docentes como quienes hacen cumplir las promesas democratizadoras de la educación para cada estudiante.