Hace tiempo que se anuncia el declive de Occidente, pero ahora los síntomas de esa decadencia nos acosan: un crecimiento mínimo, una deuda asfixiante, una población envejecida, conductas antisociales. ¿Qué le pasa a la civilización occidental? La respuesta que ofrece Niall Ferguson es que nuestras instituciones, los complejos marcos dentro de los que una sociedad puede florecer o fracasar, están degenerando. El gobierno representativo, el libre mercado, el imperio de la ley y la sociedad civil: estos solían ser los cuatro pilares de las sociedades occidentales. Estas instituciones, más que ninguna ventaja geográfica o climatológica, permitieron el dominio global de Occidente a partir de 1500. En nuestra época, sin embargo, estas instituciones se han deteriorado de modo alarmante. Nuestras democracias han roto el pacto intergeneracional al dejar una pesada carga de deuda a nuestros hijos y nietos. Nuestros mercados cada vez están más distorsionados por regulaciones excesivamente complejas que son la enfermedad de la que pretenden ser la cura. El imperio de la ley se ha convertido en el imperio de los abogados. Y la sociedad civil es ahora la sociedad incivil, en la que esperamos que el Estado resuelva todos nuestros problemas. La gran degeneración es un poderoso y en ocasiones polémico alegato contra una era de negligencia y pasividad. Mientras el mundo árabe lucha por alcanzar la democracia y China avanza de la liberalización económica al imperio de la ley, europeos y estadounidenses malgastan el legado institucional construido a lo largo de varios siglos. Detener la degeneración de la civilización occidental, advierte Ferguson, requerirá líderes audaces y una reforma radical.
El decisivo tratado de Adam Smith sobre el mercado libre allanó el camino al capí talismo moderno argumentando que la competencia es el motor de una sociedad productiva y que el interés propio en última instancia logrará enriquecer a toda la comunidad, como si de una «mano invisible» se tratara.
Considerado fundador de la ciencia económica por La Riqueza de las Naciones (1723-1790) no sólo pusó con esta obra los cimientos de una ciencia, sino también de una doctrina: el liberalismo económico.
«Una lectura que invita a la reflexión. Lleva las nuevas tecnologías a una conclusión lógica y en muchas ocasiones inquietante. El valor de este libro no reside en la exactitud de las predicciones de Rifkin, sino en las tendencias actuales que extrapola para llegar a ellas. El valor de estas predicciones radica en el conocimiento del alcance de los grandes cambios que la tecnología nos puede deparar en el futuro. En nuestras manos está afrontar las consecuencias. Una sólida teoría que uniñca cuatro décadas de su pensamiento.»
Financial Times
«La sociedad de coste marginal cero es una lectura valiosa debido a su audacia y a su voluntad de tejer una larga sucesión de avances en una inspiradora narración de lo que el futuro económico puede deparar a las generaciones venideras. Habrá quien caliñque esta obra de ingenua, pero en realidad es mucho más que eso: es esperanzadora.»
Fortune
«Una obra profundamente reveladora. Rifkin conoce bien los orígenes históricos de las grandes organizaciones de integración vertical que han dominado la economía del siglo xx. Argumenta con gran poder de convicción que, vistas con una perspectiva más amplia, estas jerarquías gigantescas son anomalías de la historia económica. La destrucción de las cadenas de valor verticales, la creación de extensas cadenas de valor horizontales y el cambio social que supone preferir el acceso a la propiedad dan lugar a profundos cambios económicos y sociales en el mundo de la empresa y en la sociedad, cuyas repercusiones ya se empiezan a vislumbrar. Unos cambios que Rifkin considera muy positivos y de gran calado.»
Un libro imprescindible para los tiempos que vivimos, que nos arma de argumentos en el debate presente sobre el cambio de modelo y que nos señala el camino hacia un mundo mejor y más justo. ¿Cuál es el origen de ese afán por regular, imponer normas y burocratizar todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida? Y lo más importante, ¿hasta qué punto nos arruina la vida toda esa cantidad de formularios, procedimientos y documentación? Graeber pone luz a las distintas formas con las que la burocracia se inmiscuye en nuestro día a día, revelando hasta qué punto llega a determinar nuestras vidas. Un interminable y abominable papeleo que anula la creatividad y consume gran parte del tiempo. El avance tecnológico se ha descubierto así como otro mecanismo más de control, mucho más poderoso, al que sin embargo nos hemos plegado sin oponer resistencia, seducidos por sus encantos. Navegando desde el influjo de la economía liberal de la segunda mitad del siglo xx hasta el significado oculto tras personajes como James Bond, Sherlock Holmes o Batman, este libro es un notable trabajo de teoría social en la tradición de autores como Foucault, Marcuse o el mismo Marx.
Se reúnen en este volumen cuatro conferencias del Profesor Milton Friedman. La primera, «Paro e inflación», es la conferencia pronunciada por el autor en Estocolmo con ocasión de la entrega de los premios Nobel 1976. La segunda, «¿Es la inflación una enfermedad incurable?», fue dictada en la Graduate School of Business de la Universidad de Pittsburg, en diciembre de 1974, dentro del ciclo organizado por la Fundación Alex C. Walker. La tercera conferencia, «Bases para el desarrollo económico», la pronunció en el Edificio Diego Portales, de Santiago de Chile, el 26 de marzo de 1975, y fue publicada por la Fundación de Estudios Económicos BHC. La cuarta conferencia, «Un sistema monetario para una sociedad libre» se ofreció en una Reunión de la Mont Pelerin Society, en Viña del Mar, Chile, en 1981. Todas ellas giran en torno a un problema fundamental y preocupante de las economías modernas: la inflación, que el ilustre profesor de la Universidad de Chicago analiza con su acostumbrada profundidad, describiendo sus causas, sus efectos y posibles remedios, deteniéndose particularmente en la relación que existe entre paro e inflación; todo ello sobre la base de ese método «positivo» que tan marcadamente caracteriza el pensamiento de Milton Friedman.