Día 1 de octubre: Dios está en los cielos, la bolsa está a 10.140, la mayoría de los vuelos llegan a tiempo y Clayton Riddell, un artista de Maine, casi salta de alegría por Boylston Street, en Boston. Acaba de firmar un contrato para ilustrar un cómic que le permitirá mantener a su familia con su arte en vez de tener que dar clases. Ya ha comprado un regalo a su sufrida mujer y tiene claro lo que va a regalar a su hijo Johnny. ¿Por qué no también algo para sí mismo? Clay presiente que las cosas van a ir mejor, pero bruscamente se trastorna todo: se produce una devastación masiva, causada por un fenómeno que más adelante llamarán El Pulso, que se reproduce a través del teléfono móvil. De todos los teléfonos móviles. Clay, junto a unos cuantos supervivientes desesperados, es arrojado a una edad oscura, rodeados por el caos, la hecatombe y una masa humana degradada a su estado más primitivo.
Esta novela fascinante, absorbente y cruel no solo hace la pregunta «¿Me oyes?», sino que también responde, y de una forma muy, muy inquietante.
El maestro en el arte de aterrar se supera a sí mismo. He aquí una serie de historias -unas horripilantes en su extravagancia, otras tan terroríficas que disparan el corazón- que son el producto mejor acabado de una de las más poderosas imaginaciones de nuestro tiempo: En «La niebla», historia inicial del libro, extensa como una novela, un supermercado se convierte en el último bastión de la humanidad ante la invasión de la Tierra por parte de un enemigo inimaginable... En los desvanes hay cosas que conviene dejar tranquilas, cosas como «El mono»... La más soberbia conductora del mundo le ofrece a un hombre «El atajo de la señora Todd», para llegar antes al paraíso... En fin, todo un abanico de emociones y escalofríos, cuyas flores se abren por la noche...
Isaac Asimov, creador de la palabra «robótica», nos ofrece treinta y seis relatos cortos y ensayos sobre robots, que resumen todo su preclaro pensamiento sobre el desarrollo futuro de esta ciencia. Desde el mismo Robbie hasta los relatos de Susan Calvin, la primera robopsicóloga, pasando por Stephen Byerley, el robot humanoide, y el equipo de detectives formado por un hombre, Elijah Baley, y un robot, Daneel Olivaw, protagonistas, entre otras novelas, de Yo. Robot.
Estambul es un retrato de una de las ciudades más fascinantes de la Europa que mira a Asia. Pero es también una autobiografía, la del propio Orhan Pamuk. Su historia empieza en la infancia, recordando cómo tomó conciencia de que vivía en un espacio plagado de melancolía, un lugar que arrastraba un pasado glorioso e intentaba hacerse un hueco en la «modernidad». Esta elegía sirve para acercarnos a villas fantasmagóricas y callejuelas secretas, a estatuas valiosas y mutantes, a pintores, escritores y célebres asesinos. A una ciudad donde, por encima de todo, destaca el terapéutico Bosforo, que en la memoria del narrador es vida, salud y felicidad.
El anciano Ogata Shingo no consigue ganarse ni el amor ni el respeto de sus hijos, pero sin embargo puede oír el rumor de la montaña. Como cabeza de familia, le preocupa la decadencia moral de sus descendientes: Shuichi, a quien la guerra ha helado el corazón, está casado con la maravillosa Kikuko pero le es infiel y tiene un hijo con otra mujer; por otro lado, Fusako vuelve a la casa paterna con sus dos hijos tras haberse divorciado de un marido drogadicto. Tanto Shuichi como Fusako creen que su padre es demasiado viejo e interpretan sus silencios como senilidad. Pero, en realidad, el pensamiento de Ogata Shingo sigue activo, repleto de hermosas imágenes, de sonidos de la naturaleza, de aromas, de escenas. Bajo la fina capa de la vida familiar, cada uno de sus miembros vive, en solitario, su drama, luchando en unas ocasiones contra el amor y en otras, contra la muerte. El ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968 nos deleita con una obra que gira en torno a la soledad, la muerte y la búsqueda obsesiva de la belleza.
Un sacerdote francés, un joven médico norteamericano, una enfermera de Assam y un ex campesino indio que se gana la vida tirando de un rickshaw se encuentran un día bajo las cataratas del monzón y se instalan en el alucinante decorado de un barrio de Calcuta para cuidar, ayudar, salvar. Condenados a ser héroes, pelearán, lucharán y vencerán en medio de las inundaciones, las ratas, los escorpiones, los eunucos, los dioses, las fiestas y las setenta mil «luces del mundo» que pueblan La Ciudad de la Alegría. Su epopeya es un canto de amor y fraternidad; un reportaje desgarrador sobre la capacidad del ser humano de superar el sufrimiento, la miseria y la desgracia, que sigue más vigente que nunca en el veinticinco aniversario de su publicación.