En 1982, tras dejar el local de jazz que regentaba y decidir que, en adelante, se dedicaría exclusivamente a escribir, Haruki Murakami comenzó también a correr. Al año siguiente correría en solitario el trayecto que separa Atenas de Maratón, su bautizo en esta carrera clásica. Ahora, ya con numerosos libros publicados con gran éxito en todo el mundo, y después de participar en muchas carreras de larga distancia en diferentes ciudades y parajes, Murakami reflexiona sobre la influencia que este deporte ha ejercido en su vida y en su obra. Mientras habla de sus duros entrenamientos diarios y su afán de superación, de su pasión por la música o de los lugares a los que viaja, va dibujándose la idea de que, para Murakami, escribir y correr se han convertido en una actitud vital. Reflexivo y divertido, filosófico y lleno de anécdotas, este volumen nos adentra plenamente en el universo de un autor que ha deslumbrado a la crítica más exigente y hechizado a miles de lectores.
En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Durante treinta años, los habitantes de Little Tall Island han esperado averiguar qué pasó durante el extraño día -el día del eclipse total- en que murió el marido de Dolores Claiborne.
Ahora la policía quiere averiguar qué pasó ayer, cuando la rica mujer para la que Dolores hacía las tareas domésticas, una mujer postrada en la cama, murió repentinamente. Sin otra opción más que hablar, Dolores presenta su conmovedora confesión.
Revela los lazos extraños y terribles a que la han obligado sus secretos.
Revela las abominables consecuencias de un feroz amor maternal.
Revela la ira silenciosa que puede llenar de odio el corazón de una mujer.
Solo Stephen King podría haber imaginado y escrito esta novela, y lo demuestra abriendo de par en par las intimidades más oscuras y los pecados más despreciables de los hombres y las mujeres de un enquistado pueblo de Maine, guiando al lector parla vida subterránea de un municipio de imagen impecable.
«Una novela honesta y escaofriante.» ChicagoTribune
Transcurre una apacible tarde de verano en Wentworth, Ohio. Como es habitual, en la soleada calle Poplar todo es normal: el chico de los periódicos los reparte en bicicleta, los niños juegan en las aceras, las barbacoas se preparan en los jardines y patios. Lo único extraño es la furgoneta roja que hay aparcada en una esquina. El misterioso vehículo no tardará en ponerse en marcha... y con él se desencadenará una atroz matanza. Cuando la noche caiga, los supervivientes del vecindario se encontrarán e n un mundo pavoroso donde cualquier cosa es posible, en particuIar la macabra posesión de las mentes y de los cuerpos.
Trick E. Dixon es un cuáquero, amante de la paz y convencido del carácter sagrado de la vida humana, que no tiene el menor inconveniente en aplicar la noción de defensa propia a la matanza de mujeres y niños desarmados. Es un maestro de la política, y en su rostro hay siempre una desdeñosa expresión de honradez, pero ello no le impide entrar en batalla con los boy scouts ni declarar la guerra al gobierno pro-pornografía de Dinamarca, confiando siempre en la indiferencia básica de los votantes.
PHILlP ROTH es uno de los escritores estadounidenses más leídos e influyentes de los últimos tiempos. La calidad de su obra está avalada por premios como el National Book Award o el Pulitzer, y cada nueva obra suya despierta expectación en todo el mundo.
Los hijos legítimos de Hedor Pávlovich Karamázov —un «bufón», un «filisteo», un «déspota», solo en última instancia. un padre— se reúnen después de haber sido educados, lejos unos de otros, en distintas partes de Rusia: Dmitri es soldado y —corno su padre— puro «ímpetu», bebedor, derrochador, lujurioso; Iván se ha convertido en un escéptico que duda de la ley, de la conciencia y de la fe (el primer existencialista, según Sartre); Aliosha ha abrazado la religión, todo el inundo lo llama «ángel» y vive en un monasterio. Ineluctablemente, la reunión familiar precipita la disolución y la tragedia.
Los hermanos Karamázov (1878-1880), (que ahora presentamos en una nueva traducción de Fernando Otero y Marta Sánchez-Nieves, la primera en español en casi 50 años), fue la última novela de Dostoievski y sin duda una de esas obras decisivas cuya influencia ha perdurado hasta nuestros días. En ella se encuentra —diría un personaje de Kurt Vonnegut— «todo cuanto hay que saber en la vida»; también —añadiríamos— todo cuanto hay que saber del género narrativo. Con un narrador experto en tender lazos al lector y en crear con él una de las redes más fascinantes y comunicativas de la historia de la literatura, lo que Dostoievski construye no es solo una monumental visión del mundo moral humano (incertidumbre, violencia, perdón) sino un arriesgado y espléndido ensayo sobre la forma de reproducirlo.