EL ETERNO MARIDO (TD)

El eterno marido, publicada en 1870, es una novela que Dostoievski escribió entre El idiota y Los demonios, es decir, en su época de madurez creativa. Su protagonista, Alekséi Ivánovich Velchanínov, es un terrateniente cuarentón, hipocondríaco, torturado por recuerdos de actos deshonrosos que no especifica. Se encuentra en San Petersburgo para resolver un engorroso pleito sobre unas tierras y se siente acosado por la presencia de un caballero con un crespón de luto en el sombrero que se le aparece en las calles y en los sueños. Se trata en realidad de un antiguo amigo, Pável Pávlovich Trusotski, con cuya mujer tuvo una aventura hace nueve años.
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Especificaciones de productos
Autor DOSTOIEVSKI, F.
Editora ALBA
Encuadernado TAPA DURA
Páginas 232
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DISCURSO DEL GRAN INQUISIDOR

«¿Cómo puede hablarse de libertad, si la obediencia se compra con pan?» El Discurso del Gran Inquisidor ocupa un lugar central en la arquitectura de la obra y el pensamiento de Fiódor Dostoievski, análogo al que ocupa El rey Lear en el universo de Shakespeare. El propósito y la fuerza poética de este texto son de tan múltiple riqueza y complejidad que puede interpretarse desde tantos puntos de vista diferentes como lectores tenga. En este memorable capítulo de Los hermanos Karamázov, que puede leerse como una obra filosófica completa en sí misma, Iván y Aliosha dialogan sobre la fe en Dios y la figura de Cristo, la libertad y la esclavitud del hombre, la compasión y la muerte. La presente edición se enmarca con una introducción de Antonio Lozano, la célebre interpretación de George Steiner en Tolstói o Dostoievski y comentarios al texto de Noam Chomsky y de Aldous Huxley.
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LA SUMISA

«Imagínense a un marido que tiene ante sí, sobre la mesa, a su esposa, la cual se ha suicidado arrojándose por la ventana. El marido se encuentra aún aturdido, todavía no ha tenido tiempo de concentrarse. Va y viene por las habitaciones de su casa esforzándose por hacerse cargo de lo ocurrido, por «fijar su pensamiento en un punto». Además, es un hipocondríaco empedernido, de los que hablan consigo mismo. También en ese momento está hablando solo, cuenta lo sucedido, se lo aclara. A pesar de la aparente trabazón de su discurso, se contradice varias veces a sí mismo, tanto por lo que respecta a la lógica como a los sentimientos. Se justifica, la acusa a ella y se sume en explicaciones tangenciales en las que la vulgaridad de ideas y afectos se junta a la hondura de pensamiento. Poco a poco va aclarando lo ocurrido y concentrando «los pensamientos en un punto». Varios de los recuerdos evocados le llevan por fin a la verdad, la cual, quiera o no, eleva su entendimiento y su corazón. Al final cambia incluso el tono del relato, si se compara con el desorden del comienzo. El desdichado descubre la verdad bastante clara y de perfiles concretos, por lo menos para sí mismo.» Es así como Dostoyevski se dirige a sus lectores para introducirles La sumisa, publicada en 1876, uno de los últimos relatos surgidos de la pluma del gran escritor ruso, mientras trabajaba en la que sería su última novela Los hermanos Karamázov. La publicamos ahora en castellano recuperando la espléndida traducción de Juan Luis Abollado.
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