La Vida de Hildegard von Bingen (1098-1179), escrita por el monje Theoderich von Echternach pocos años después de su muerte, permite una aproximación directa a una de las figuras más fascinantes y multifacéticas del Occidente europeo, ya que contiene pasajes autobiográficos que hablan directamente de su experiencia. Sus escritos sobre las propiedades medicinales de las plantas y las virtudes de las piedras preciosas y los metales manifiestan su capacidad de percepción del mundo del entorno, mientras que sus tres grandes obras proféticas (Liber Scivias, Liber vitae meritorum y Liber divinorum operum) muestran la visión de lo invisible. Impulsadas por una facultad visionaria que la ha hecho célebre, dibujan el perfil de un destino extraordinario: una mujer, escritora y visionaria que ofrece una idea femenina de Dios en pleno siglo XII.