«Además, hay que desconfiar constantemente de la memoria. Al final los recuerdos siempre tienen algo de invento. ¿O no?»
¿Cómo se registran las huellas que deja otra persona a lo largo de una vida? ¿Qué se convierte en recuerdo y qué se desecha? Aquí aparecen veinticuatro momentos, fotos que congelan por un instante la relación entre Vera y Cecilia, que arranca en una plaza de barrio cuando solo tienen tres años. Enmarcadas por los hechos que agitan al país durante varias décadas -la sombra de Malvinas y la dictadura, las crisis económicas, los cambios culturales-, estas escenas hablan de los claroscuros de la amistad. Desde los juegos de la infancia, las complicidades y los celos a las primeras experiencias amorosas, las parejas, los hijos, las pérdidas, las peleas y los reencuentros. Hay un secreto familiar que se persigue. Una madre que silencia. A través de esos instantes detenidos, la autora logra que el lector pueda ver, literalmente, a estas dos mujeres que comparten la vida durante cincuenta años.