Golpeada por accidente durante el festejo de su cumpleaños, Ana pierde la memoria. Cuando recobra el conocimiento y mira a su alrededor, todo tiene poco sentido. Necesita del relato ajeno para volver a unir personas, lugares y objetos con su propia biografía que ahora flota en el magma enloquecido que es su cabeza. El proceso de recuperación es lento y desquicia a quienes la rodean. Mientras trata de entender qué la ata a su marido, a su hijo pequeño, a su casa, a su madre, a sus cursos en la universidad y a sus rutinas, la vida completa parece carecer de lógica.
Y desde las grietas profundas abiertas en la mente por el golpe, surgen recuerdos de un pasado familiar remoto y de palabras en un idioma extraño que, si para el entorno no tienen significado, para la protagonista representan la manifestación de una nueva vida.