Reinas, amantes, lolitas, prostitutas, bailarinas... Hasta no hace mucho, en la historia del arte las mujeres solo podían ser modelos: profesionales como Kiki de Montparnasse en las fotografías de Man Ray o musas por azar como Victorine Meurent, la Olympia de Manet. Iconos de las vanguardias como la alocada Henrietta Moraes, que inspiró a Bacon y Lucian Freud, o la surrealista Claude Cahun, quien en 1930 proclamó: «Neutro es el único género que me viene bien».
De la sonrisa de la Gioconda al color de la piel de Cleopatra, la cabellera de la Venus de Botticelli o el vello púbico que pintó Courbet y fascinó a Lacan, el misterio de sus identidades obsesionó a ladrones, moralistas y académicos. Sus rostros y sus cuerpos pautan aún hoy un ideal de belleza.
Modelo durante décadas, Teresa Arijón revisita la historia del arte en este libro excepcional que es a la vez novela, ensayo y crónica, y también un registro sensible y sensual del paso del tiempo en el que los roles se invierten y es la modelo la que retrata al artista.