La ambición es el rasgo fundamental del carácter de Macbeth y del de su esposa, y se convierte en la causa que les llevará al desastre; aparece estrechamente ligado a la traición y al crimen, que se ponen de manifiesto primero en el infame asesinato del rey, del que era un fiel vasallo hasta entonces, y después en el de su noble confidente y buen amigo, Banquo. El sentimiento de culpa se manifiesta a lo largo de la obra, a través de diversas visiones que sufre el matrimonio. No pueden deshacerse del remordimiento y la responsabilidad que les persigue y les recuerda sus actos. Lady Macbeth no lo resiste y termina suicidándose. Macbeth se queda solo para afrontar su destino.
Agotado