HABITACIONES SEPARADAS

Leo y Thomas se conocen por azar en una multitudinaria fiesta parisina y, pese a su diferencia de edad y origen —Leo es un escritor italiano establecido, y Thomas un joven alemán aspirante a pianista considerablemente más joven—, se embarcan en una intensa relación. Pero la pasión toma tantas formas como amantes que la experimentan, y durante los años siguientes los dos hombres bailan una cuidadosa coreografía hecha de espacios y de distancias. Leo entiende el amor como un anhelo, un ejercicio de extrañar y desear, y evita a toda costa compartir un espacio doméstico con Thomas, algo que, por otro lado, resultaría inconcebible para la sociedad que los rodea y los rechaza. Así viven varios años en habitaciones separadas, con vidas conectadas pero no fusionadas. Pero la trágica muerte de Thomas enfrenta a Leo a la soledad verdadera. Impulsado por la necesidad de olvidar, o tal vez de encontrar, vaga por los destinos que habitó con su amado. El redescubrimiento de una de las novelas más revolucionarias de las letras italianas de finales de los años 80 por un autor de culto de la literatura queer.
Disponibilidad: 1 en stock
1,500
Especificaciones de productos
Autor TONDELLI, PIER VIT
Editora LUMEN
Encuadernado TAPA BLANDA
Páginas 264
Los clientes que compraron este producto también han comprado
Imagen de WYOMING (OF2)
500

WYOMING (OF2)

Los relatos que Proulx ha dedicado al estado de Wyoming —como el famoso «Brokeback Mountain», llevado al cine con gran éxito— hablan de rancheros y cowboys, de indios y camareras de saloon, de amistades difíciles y disputas familiares en las que el rencor viene de lejos y el amor es bronco. La pasión por este lugar muestra a sus habitantes en toda su vulnerabilidad, como es el caso de Ray, un anciano que decide por fin contar los secretos de familia a su nieta, o la historia de la joven pareja de pioneros que intentó sacar adelante su granja a principios del siglo XX, cuando Wyoming era aún una tierra de naturaleza hostil, hasta llegar a la macabra historia de un árbol plantado en medio del desierto que ve morir a todos los viajeros que transitan por su lado.
500

Agotado

Imagen de EL ECO DEL DESTINO (TIMEKEEPER 1)
1,350

EL ECO DEL DESTINO (TIMEKEEPER 1)

CADA VEZ QUE SE USA EL AMULETO DEL TIEMPO, EL RESTO DEL MUNDO SUFRE. Nathan Tabiz aprendió esa lección hace muchos años, igual que aprendió que el mundo más allá de las murallas del Sacro Reino de Daiva es peligroso y está lleno de demonios. Aprendió, también, que el poder del tiempo es codiciado y perseguido y que el deber de los celestiales es protegerlo. Por eso, cuando heredó el Amuleto, ya sabía que jamás debía usarlo. Lleva toda la vida jurando que no lo hará: lo juró cuando su madre lo dejó en sus manos, se lo ha jurado mil veces al dios al que sirve, se lo ha jurado otras mil a sus amigos. Sin embargo, nunca le ha dicho a nadie todas las veces que ha querido romper su palabra: Cuando su madre murió. Cuando le nombraron Portador. Cuando dio su primer beso. Sí, Nathan Tabiz sabe que no debe usar el Amuleto. Lo que no sabe es que la persona de la que se ha enamorado morirá en tres días.
1,350
Imagen de MATATE, AMOR
1,450

MATATE, AMOR

Escribí Matate, amor con ánimo de venganza. No recuerdo nada salvo eso, que una tarde del final de un verano de tormentas eléctricas de 2011 en mi casa en el campo francés, me tiré al pasto, es decir, «me recliné sobre la hierba entre árboles caídos y tuve la impresión de llevar un cuchillo con el que iba a desangrarme de un corte ágil en la yugular». Recuerdo que me levanté del pasto con el cuello ensangrentado, caminé directo a mi cuarto, entré por la ventana y me senté a escribir la primera frase de lo que sería Matate, amor. Pero eso no fue escribir. Eso que llaman escribir es mentira, es algo de lo que hay que dudar, eso que llaman escribir es otra cosa siempre, una guerra, caminar sonámbula, ver enemigos en todos lados, es algo de otra dimensión. Palabra por palabra, frase por frase, coma por coma, punto por punto, nada fue corregido ni alterado por ningún editor en ninguna edición. No porque sea genial ni por superstición, sino para conservar en esa primera página la música única de esa tarde de fin de verano de 2011. Escribir para hacer perdurar la desaparición. Escribí entonces, como un ajuste de cuentas, como un pacto con la mafia, si no está permitido disparar, incendiar establos o secuestrar vecinos, al menos es otro modo de hacer justicia por mano propia.
1,450