Un pequeño movimiento en la comisura de la boca, el más mínimo cambio en la pupila, son suficientes para «leer» el verdadero yo de una persona.
Hannah Herbst es experta en reconocer las señales secretas del cuerpo humano y, como asesora policial, ha atrapado a varios delincuentes peligrosos. Mientras se enfrenta a las consecuencias de la pérdida de memoria después de someterse a una operación, se encuentra ante el caso más terrible de su carrera: una mujer ha asesinado brutalmente a su familia y tras su confesión ha logrado escapar. Hannah dispone únicamente del breve vídeo en el que la asesina admite su culpabilidad para analizar el caso. El único problema es que... la asesina del vídeo es la propia Hannah.