Ser capaz dediferenciar las banderas rojas de las verdes requiere un esfuerzo para cambiar nuestras percepciones sobre las relaciones humanas, la autorreflexión y el funcionamiento del cerebro.
Aprender a identificar los comportamientos buenos y saludables de los tóxicos y negativos se ha convertido en una tarea fundamental para conseguir una vida lejos de los problemas y de los dramas del día a día.