Te mereces escucharte, quererte y abrazarte.
Yo nunca lo he hecho. Durante años, he vivido desconectada de mi propia voz. No sabía quién era, me sentía perdida y solo me hablaba para exigirme ser perfecta.
Hasta que una noche mirando el cielo pensé en buscar respuestas en los astros. Abrí una libreta y empecé a escribirme una carta preguntándome quién quería ser. A partir de ese momento, guiada por el sol, la luna y las estrellas, descubrí lo mágico de conocerse y de cuidar de una misma.