Cuatro años atrás, un incendio destruyó el almacén de Alberto Soler en Hondares. En la caja fuerte se encontraron unos huesos humanos. La agente Padilla, se vio implicada personalmente en el caso, y no solo por su amistad con el sospechoso, sino también porque su hijo Diego iba a clase con Alicia, la hija de Alberto. Todo lo que sucedió durante ese curso en el instituto prendió la mecha que haría saltar unas cuantas vidas por los aires. Este es el relato de la investigación.
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