«Había una vez cuatro conejitos que se llamaban Pelusa, Pitusa, Colita de Algodón y Perico.»
Así comienza la historia clásica de Beatrix Potter protagonizada por un travieso conejo llamado Perico. Hace 120 años, desde su cómoda casa en el distrito de los Lagos, en Inglaterra, Beatrix Potter escribió e ilustró una historia para enviar, en forma de carta, a un amigo suyo que estaba enfermo. A partir de aquí empezaron a fluir las historias y desde entonces, el simpático conejito se ha colado en el corazón de miles de lectores de todo el mundo.