Febrero de 2010. Chelsea Manning, una analista de inteligencia militar estadounidense destinada en Irak, revela 720.000 documentos militares clasificados a través de WikiLeaks. Su coraje se apodera del mundo entero al protagonizar la mayor filtración de la historia.
Manning fue acusada de veintidós cargos y condenada a treinta y cinco años de prisión militar. Pero, al día siguiente de conocer su sentencia, declaró su identidad de género como mujer y empezó otra lucha: la del derecho a la transición en una prisión de hombres.
En 2017, después de un largo desafío legal y un gran apoyo civil, el presidente Obama conmutó su pena y la dejó en libertad. Hoy Chelsea Manning es una de las mayores activistas globales por la transparencia de la información y por los derechos de las mujeres trans.