EL FRÍO NO ESTÁ VIVO.
En un lugar conocido como La Cornisa, una civilización está atrapada entre un gran abismo y una montaña escarpada. No hay forma de que nadie escape del páramo helado sin caer en una trampa mortal. Sus habitantes no saben nada del mundo exterior excepto que es donde residen los glacians, criaturas místicas aladas que sobreviven a cambio de un sacrificio humano al año.
Dawsyn Sabar, portadora del hacha y único miembro que queda de su familia, hasta ahora ha evitado la matanza anual, pero su suerte ha acabado. Ella ha sido elegida, arrancada de su hogar helado, el único mundo que conoce. Nadie sabe qué le sucederá al otro lado, y menos aún Dawsyn. ¿Será asesinada? ¿Esclavizada? ¿O algo peor?
Afortunadamente, los destinos se alinean y Dawsyn logra escapar de sus garras con la ayuda de un híbrido de glacian y humano llamado Ryon. Juntos, viajan por las laderas, sin saber si la vida al otro lado quizá sea mejor de aquella de la que ella huyó.
Una historia de supervivencia, sacrificio y venganza.