Lucio Anneo Séneca (4 a. C. - 65 d. C.) ejerce una influencia permanente en la literatura y filosofía occidentales. Su amplia obra contiene una formulación incisiva y relevante de las ideas del estoicismo, y desde la Antigüedad constituye uno de los modelos más destacados del canon ensayístico de las letras universales. Este volumen reúne tres tratados—De brevitate vitae, compuesto en el año 49, De vita beata, escrito hacia 58, y De otio, datado alrededor de 62—que examinan algunas de las cuestiones cruciales de la ética de todos los tiempos: la relación del placer con la virtud, la búsqueda de la felicidad, el concepto de naturaleza aplicado al ideal humano, la supremacía de la razón, el empleo del tiempo y la dignidad del retiro. El estilo senequiano representa un momento cumbre del diálogo en la tradición filosófica y literaria, donde el lector es invitado a ser interlocutor de una particular conversación sobre el arte de vivir que fue objeto de admiración para autores como Erasmo, Montaigne, Schopenhauer, Nietzsche o Cioran.
“Este es uno de esos libros que se lee con un lápiz y termina hecho un embrollo de anotaciones. El filósofo de la antigua Roma desgrana consejos que ayudan a vivir”.
Ada Castells, La Vanguardia
“Tres ensayos que los políticos deberían leer para saber hasta qué punto su vida es distinta de la nuestra. Un momento cumbre del tono de la filosofía, del particular arte de vivir en temas como la naturaleza aplicada al ideal humano, la supremacía de la razón (¡ay!), el empleo del tiempo o la dignidad del retiro”.
Manuel Mateo Pérez, El Mundo
“Conviene leer a Séneca. Sus libros son libros de cabecera para consultar de vez en cuando y recordar que se puede ser feliz sin deseo ni temor, conformándose con la naturaleza, y que la virtud es excelsa y regia, invencible e incansable. Interesantes y actuales son también sus ideas sobre el ocio, concepto ahora tan corrompido y desvirtuado”.
Fulgencio Argüelles, El Comercio
“Séneca nos anima a administrar bien el tiempo, a aprovecharlo, apartándonos del exceso y de la negligencia, del vicio y del lucro, de la ambición y de la ligereza, de la soberbia y del negocio, de lo superfluo, en suma. Nos insta, desde la reflexión, a tener siempre presente la fragilidad y desamparo de nuestra condición humana y su valor virtuoso. Y a no olvidar la certeza de que toda la vida hay que estar aprendiendo a vivir y, lo que es más arduo, a morir. Y lo hace a través de la búsqueda del conocimiento y de la mesura, lejos del borreguismo imperante, aplastantemente mayoritario entonces y ahora, siguiendo, conforme a la naturaleza, el camino hacia la renuncia y la aceptación que, desde la quietud, alcance a discernir, a vislumbrar al menos, la verdad. No concibo mejor programa. Si los lectores no hubiesen abandonado a los clásicos no existirían los libros de autoayuda”.
Fermín Herrero, El Norte de Castilla
“Magnífica traducción, a cargo de Eduardo Gil Bera, de tres de los textos más ricos y estudiados de Séneca. Un documento que, a buen seguro, se convertirá en una auténtica guía vital con la que los lectores podrán manejarse en el mundo”.
Carlos Javier González Serrano, Tarántula