En el juego se conjugan cuatro habilidades esenciales para el ser humano del siglo XXI: colaboración, pensamiento crítico, creatividad y comunicación. Estoy cada vez más convencido de que el juego fortalece la capacidad de afrontar las situaciones que la vida nos va planteando de una manera más feliz y creativa.
Mi fascinación por el juego viene desde mi niñez. Con frecuencia rememoro aquellos juegos de siempre y hoy que soy un adulto, educador y actor veo el juego con el mismo entusiasmo de años atrás, pero con otra mirada, que es la que pretendo compartir con mis estudiantes, colegas y todos los que tengan contacto con estas páginas. La invitación es a amar el juego, pues jugar es un arte genial.