EL NIÑO QUE VIVIA EN LAS ESTRELLAS-LOQUE

Al despacho del doctor Rojas llega un niño que no puede comunicarse con los demás. Nadie sabe de dónde ha salido ni quién es. Incluso podría venir de El pequeño no pronuncia palabra alguna y dispara a todos lados con un arma imaginaria. Conmovedora historia que resalta la importancia del lenguaje, la conversación y el entorno familiar en los primeros años de vida.
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Agotado

Al despacho del doctor Rojas llega un niño que no puede comunicarse con los demás. Nadie sabe de dónde ha salido ni quién es. Incluso podría venir de El pequeño no pronuncia palabra alguna y dispara a todos lados con un arma imaginaria. Conmovedora historia que resalta la importancia del lenguaje, la conversación y el entorno familiar en los primeros años de vida.

Especificaciones de productos
Autor SIERRA I FABRA
Editora LOQUELEO
Encuadernado TAPA SUAVE
Páginas 0
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Domingo Coronado fue el campeón del primer maratón La Vega-Moca, celebrado en 1928. Muchos años después, Domingo se sienta bajo un almendro junto a su hija Nora a contarle cómo transcurrieron su niñez y su adolescencia que culminó con la famosa carrera. Su amena narración recoge la fundación de La Vega, la leyenda del Santo Cerro, la primera ocupación norteamericana, la llegada del automóvil y la electricidad, hábitos y costumbres de entonces, así como sus preparativos y su peculiar entrenamiento para el maratón junto a su yegua, la Rusilla.
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EL PRINCIPITO (AR)

Fábula mítica y relato filosófico que interroga acerca de la relación del ser humano con su prójimo y con el mundo, El Principito concentra, con maravillosa simplicidad, la constante reflexión de Saint-Exupéry sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida. Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta que tuve una avería en el desierto del Sahara, hace seis años. Algo se había roto en mi motor. Y como no tenía conmigo ni mecánico ni pasajeros, me dispuse a realizar, solo, una reparación difícil. Era, para mí, cuestión de vida o muerte. Tenía agua apenas para ocho días. La primera noche dormí sobre la arena a mil millas de todatierra habitada. Estaba más aislado que un náufrago sobre una balsa en medio del océano. Imaginaos, pues, mi sorpresa cuando, al romper el día, me despertó una extraña vocecita que decía: -Por favor..., ¡dibújame un cordero! -¿Eh!? -Dibújame un cordero...
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