'El mundo nos persigue hasta el interior del desierto con intención de reconquistarnos y hacernos volver. Si tenemos algo suyo, el mundo lo aprovechará para reclamarnos' (Lección 15).
La vocación monástica se alimenta de la espiritualidad cristiana más antigua, de las aguas vivas aún no canalizadas por espiritualidades posteriores que, con el paso del tiempo, han ido incorporando adherencias.
La vocación monástica también debe sintonizar con los hombres y mujeres de cada época, con sus anhelos y temores. Ha de vivir en el presente bajo la guía del Espíritu, que abre horizontes siempre nuevos.
La primera preocupación de la vida del desierto es buscar a Dios, para responder a la pregunta: '¿Qué debo hacer para salvarme?'.
De la mano de los primeros mártires, vírgenes y ascetas, de Clemente y Orígenes, Antonio el Grande, Pacomio, Basilio, los dos Gregorios, Jerónimo, Melania, Macario, Evagrio, Casiano o Filoxeno de Mabbug, el maestro de novicios Thomas Merton explica los secretos que, desde el principio, han ayudado a seguir al Señor Jesús.
Thomas Merton (1915-1968) fue monje trapense. Alcanzó justa fama como escritor, poeta, místico, activista social y estudioso de las religiones.