Resulta más importante que nunca revisar los dos conceptos centrales que rigen toda discusión legal: los delincuentes y las víctimas alrededor de las políticas sobre ellos. Este libro, escrito por expertas en el ámbito sociojurídico, ofrece una reflexión acerca de algunos de los mitos más generalizados que circulan sobre “delincuentes”, “víctimas” y “políticas públicas” en el discurso social, buscando desmontar estereotipos.
La cuestión de la energía se halla más que nunca en el corazón del debate público y la agenda política. Sabemos que la transición energética es inevitable porque es el único modo que tenemos de luchar contra el cambio climático, pero ésta no es un mero asunto técnico que deba dejarse en manos de empresas y tecnócratas, sino una cuestión política que requiere de amplio debate, participación ciudadana y luchas populares. Porque transiciones puede haber muchas: por ejemplo, las que busquen un enésimo enriquecimiento de los gigantes del oligopolio eléctrico o las que aspiren a la democratización de los recursos y la protección de la naturaleza. Así, «Molinos y gigantes» es, en primer lugar, una invitación a conocer la historia política y económica que hay detrás del sector eléctrico español, desde los acuerdos personales del caudillo con el presidente ultracatólico de Hidrola (actual Iberdrola) hasta la liberalización del sector decretada por el Gobierno de Aznar y la imbricación posterior de las energías renovables en los sucesivos booms del ladrillo. En segundo lugar, este libro realiza una lectura crítica del modelo que caracteriza el desarrollo eólico en el Estado español, dominado por grandes empresas, con un enfoque extractivo, concentrado en zonas rurales donde produce una importante degradación de la vida de sus habitantes, sin apenas preocupaciones medioambientales y falto de mecanismos de participación democrática. Para ello, Jaume Franquesa ―en la línea de autores como David Graeber o James C. Scott― toma como zona de estudio el sur de Cataluña, la región más nuclearizada de España y entre las de mayor densidad de parques eólicos, donde ha vivido durante años y recogido los testimonios de sus vecinos, que llevan décadas luchando por defender su tierra y sus raíces frente al gran oligopolio eléctrico, y nos recuerdan: «Renovables sí, pero así no». En definitiva, la transición energética sólo será real si garantiza un mundo rural vivo y la dignidad de sus habitantes
En nuestra globalizada «sociedad de la información» se ha instalado la desinformación de la mano de dos fenómenos sintomáticos de nuestro tiempo: la corrección política y la posverdad, manifestaciones contemporáneas de la quiebra de la racionalidad y la estupidez. Ambas impregnan y pervierten el discurso de políticos, medios de comunicación y redes sociales, afectando las relaciones personales y profesionales e incluso la creación, la investigación y las expresiones artísticas.
¿Debemos mordernos la lengua y tragar? Conozcamos cómo funcionan estos nuevos fundamentalismos para evitar que nos manipulen.
El punto de partida del autor es un hecho de lo más común: en pleno fin de semana y a altas horas de la noche recibimos un e-mail del trabajo, lo leemos y lo respondemos. ¿Qué nos lleva a responderlo como si fuera una verdadera llamada a las armas? ¿Cómo es posible que, tantas décadas después y en tiempos de paz, se haya cumplido el ideal de la «movilización total» expresado por Ernst Jünger en los años treinta?
No cabe duda de que la relación establecida entre tecnología y ser humano es desigual. Sin embargo, Ferraris se aleja de la visión para la cual detrás de la emergencia tecnológica hay una estrategia de dominación y aborda esta cuestión desde el punto de vista del Nuevo Realismo. Propone una antropología del homo cellularis, que acepta inicialmente la concepción del ser humano en tanto que ser técnico y por lo tanto, constitutivamente dependiente y alienado para luego deconstruirla, abriendo así la posibilidad a un panorama realista de emancipación que no descuide el programa de la Ilustración y el Humanismo.
Esta obra arranca con el final del libro La última bala. El mismo protagonista, el personaje novelado Richard Corbin, da vida al alter ego que utiliza el autor, una vez más, para narrar situaciones que no se pueden contar actualmente, y tal vez nunca.
Los hechos y personajes que se desgranan en el libro son reales, sin embargo, nos parecerán ficticios por lo increíbles que resultan. Aunque ya sabemos que muchas veces la realidad supera la ficción, en este caso lo es hasta límites insospechados. El mundo se mueve según leeréis aquí, creando unas oportunidades asombrosas para la delincuencia.
Los movimientos y acciones financieras que el libro cuentan son todas verdad: las trampas, engaños, timos y supervivencia económica es nuestro día a día, que podíamos tachar de delincuencia de guante blanco, se refiere tanto a particulares millonarios, como a grandes capos de la delincuencia internacional o a gobiernos corruptos.
Codicia, frustración sexual, el deseo de sembrar el terror, la envidia, el anhelo de combatir la soledad, el amor o incluso el puro placer de matar, son algunos de los móviles que se van desgranando en estas apasionantes historias. A modo de decálogo, la autora construye unos modelos nada accidentales de asesinar, diez relatos en los que, haciendo gala una vez más de su rigor, su capacidad de análisis y conocimientos sobre la mente criminal, disecciona de forma magistral el lado más oscuro del ser humano.
Ampliamente ilustrado con fotografías, mapas y fichas con perfiles criminológicos de los diferentes asesinos, para ahondar desde una visión profesional en las perturbadoras raíces del Mal.