La libertad de expresión es la piedra de toque de todas nuestras libertades y, sin embargo, en los últimos años, cada vez está más en entredicho. Una nueva concepción de la "justicia social" basada en la identidad, que considera el lenguaje potencialmente violento, ha puesto en el orden del día dónde han de trazarse los límites de lo que es aceptable decir y se busca impedir la difusión de ideas cuestionables. En Europa se han promulgado leyes contra los "discursos de odio" y los gigantes tecnológicos están colaborando para imponer limitaciones al discurso público. Andrew Doyle aborda y da respuesta a estas preocupaciones, que, por bienintencionadas que parezcan, representan una amenaza para el principio más básico de nuestras libertades. Prólogo de Rebeca Argudo
¿Qué ha ocurrido para que la libertad se haya convertido en un eslogan de la derecha y para que la obediencia parezca ser un valor de la izquierda? ¿No habrá detrás de este curioso desplazamiento ideológico una concepción diferente de la libertad en una sociedad democrática? Tomando como hilo conductor la idea de libertad, este libro analiza el futuro de la democracia y los nuevos paisajes ideológicos, ofrece algunas claves para entender el comportamiento de sus actores, se pregunta qué dimensiones de la sociedad debemos democratizar y cómo afrontar las crisis a las que nos enfrentamos.
Quien en nombre de su derecho a hacer lo que le dé la gana no interioriza el impacto que sus acciones pueden tener sobre otros termina contribuyendo a construir una sociedad en la que muchos verán reducidas las posibilidades de hacer lo que les dé la gana. Al cuidar lo común no estamos rindiéndonos a una estructura neutra o ajena, sino a algo de lo que se nutre nuestra libertad personal. Jon Elster, uno de los más destacados pensadores republicanos, glosaba la figura de Ulises dejándose atar para no sucumbir a los cantos de las sirenas. Nos recordaba así que muchas veces la mejor manera de preservar la libertad es atarse, no tanto para respetar la de los demás, sino para protegerse de las torpezas que podría uno cometer si llama libertad a cualquier cosa. El actual contrato social, sostiene Daniel Innerarity en estas páginas, está demandando una autolimitación de la libertad personal para asegurar la supervivencia de la humanidad en el planeta.
El título de esta compilación de ensayos del liberal peruano Héctor Ñaupari es representativo de su contenido: un amor por la libertad que brilla a través de textos de carácter. El liberalismo no borra los perfiles de la persona, nos dice Ñaupari en estas páginas. Al contrario, se aferra al carácter único de cada uno de nosotros para reconocer una dignidad genuina, y que es común a todos. Ser diferentes es, por tanto, lo que nos hace iguales en dignidad, y lo que sostiene esta concepción rica, humana, del liberalismo, que tan bellamente recoge el escritor.
Una mirada innovadora sobre cómo las cuestiones relacionadas con la sexualidad y la identidad de género dividen y unen al mundo actual. Con más de siete años de preparación, La línea rosa: Un viaje por las fronteras queer del mundo es una exploración de cómo la conversación en torno a la orientación sexual y a la identidad de género ha llegado a dividir y a describir el mundo de una manera completamente nueva a lo largo de las primeras dos décadas del siglo xxi. No existe ningún movimiento social que haya logrado cambios tan rápidos y con resultados tan variados. Si bien el matrimonio entre personas del mismo sexo y la transición de género se celebran en algunas partes del mundo, en otras se están reforzando las leyes para penalizar la homosexualidad y la inconformidad de género.
Con rapidez inusitada, las nuevas tecnologías están transformando sustancialmente nuestros hábitos. La relación de los seres humanos con las máquinas es cada vez más íntima y dependiente, y la Tierra, un planeta cada vez más cibernético. La implantación del sofisticado sistema de redes inalámbricas de quinta generación (5G), mucho más veloces, pretende ofrecernos un omnipresente internet de las cosas y la integración de la realidad virtual en nuestras vidas, pero entraña una considerable radiación electromagnética invisible en toda la naturaleza viviente. Este desafío sin precedentes para la vida humana y natural se está desarrollando sin ningún tipo de consciencia moral ni espiritual, con el único fin de obtener beneficios y dominar el mundo. Tras analizar pormenorizadamente este inquietante contexto, Jeremy Naydler concluye que sólo reafirmando los valores esenciales de lo humano y de la naturaleza, como esencia de la vida, podremos hacer frente a un futuro cada vez más incierto.
¿Cómo se ha ido desmoronando nuestro mundo made in USA tras los sucesos de 1989?
El final de la Guerra Fría dio comienzo a una "Era de la Imitación" llena de inestabilidad. Después de 1989, negarse a seguir el ejemplo de Occidente no era una opción, lo cual fue para los imitadores una imposición neocolonial humillante y, entre los imitados, alentó una arrogancia imperial y un total desinterés por el funcionamiento de otros países.
Krastev y Holmes sostienen que este es el origen de la caída del orden liberal: Rusia y Estados Unidos favorecen el desmantelamiento de la seguridad global, la Unión Europea abandona las promesas de su proyecto, la fe en la democracia cae en picado...
La luz que se apaga descubre las causas de este desconcertante escenario, producto de la arrogancia neocolonial y la resistencia anticolonial engendradas en 1989.