Manel Alías ha trabajado más de siete años como corresponsal bajo el régimen de Vladímir Putin. Durante este periodo de noticias y reportajes, ha recorrido la inmensidad de Rusia, recopilando historias extraordinarias que no cabían en una crónica pero que ayudan a entender el país en su complejidad.
Una niña de cinco años que contempló pasmada, mientras plantaba patatas, el aterrizaje de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la humanidad. El DJ ‘radiactivo’ que hacía olvidar con su música la muerte segura que perseguía a los liquidadores de Chernóbil. La mujer de la limpieza que se convirtió en la primera alcaldesa de una pequeña localidad. La bellísima imagen de la abuela que patina cada día sobre el lago Baikal. Las peculiaridades y la dureza de la vida en la zona habitada más gélida del planeta...
El autor rastrea con olfato de reportero los grandes temas que singularizan este país de guerra y poesía, pero también los hechos cotidianos más próximos, los que afectan a sus vecinos y a él mismo, y que resultan igualmente fascinantes a los ojos de los lectores. Historia, literatura, política, tradición, clima extremo, guerra y una belleza auténtica, singular, hecha de palabras y testigos. Esta es la materia prima sobre la que Manel Alías construye el relato poliédrico de un territorio y un pueblo alucinantes.
Por qué están los hombres cabreados? Michael Kimmel, uno de los más prestigiosos sociólogos a nivel mundial en estudios sobre la masculinidad, se hizo esta pregunta en el año 2013. Para responder a ella, decidió pasar cientos de horas en compañía de estos Angry White Men: desde activistas por los derechos de los hombres, pasando por supremacistas blancos, estudiantes o, sencillamente, trabajadores de a pie. Lo que detectó fue toda una serie de cambios sísmicos de raíz económica, social, política y cultural, que ha dejado a muchos hombres, todavía anclados en una idea obsoleta de masculinidad, con una sensación de confusión, traición y finalmente ira. Fruto de sus análisis, el autor acuña la expresión «derechos agraviados» para referirse a la privación de unos beneficios que estos hombres —blancos— cabreados creen poseer por el mero hecho de ser.
A lo largo del último siglo, la humanidad ha logrado lo imposible frenando la hambruna, la peste y la guerra. Por primera vez en la historia, más personas mueren por obesidad que por pasar hambre y hay más probabilidades de quitarse la vida que de morir en un conflicto bélico o un atentado terrorista.
¿Qué pasará con la democracia cuando Google y Facebook lleguen a conocer nuestros gustos y preferencias políticas mejor que nos conocemos a nosotros mismos? ¿Qué pasará con el estado de bienestar cuandola inteligencia artificial expulse a los individuos del mercado laboral, creando una «clase innecesaria» de humanos? ¿Cómo podremoslidiar con los avances en ingeniería genética? ¿Terminará Silicon Valley por establecer nuevas religiones en lugar de enfocarse a producir únicamente dispositivos inteligentes?
Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que configurarán el siglo XXI: desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia y la vida artificial.
¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Cómo protegeremos al mundo de nuestros propios poderes destructivos? He aquí una mirada hacia el futuro de la evolución. He aquí Homo Deus.
El hormigón encarna la lógica capitalista. Es el lado concreto de la abstracción mercantil. Como ella, anula todas las diferencias y es más o menos siempre lo mismo. Producido de forma industrial y en cantidades astronómicas, con consecuencias ecológicas y sanitarias desastrosas, ha extendido su dominio por el mundo entero, asesinando las arquitecturas tradicionales y homogeneizando todos los lugares con su presencia.
Monotonía del material, monotonía de las construcciones que se edifican en serie conforme a algunos modelos básicos de duración muy limitada, tal como establece el reinado de la obsolescencia programada. Al transformar definitivamente la edificación en mercancía, este material contribuye a crear un mundo en el que ya no nos encontramos a nosotros mismos. Por eso había que rastrear su historia; recordar los designios de sus numerosos paladines —de todas las tendencias ideológicas— y las reservas de sus pocos detractores; denunciar las catástrofes que provoca en tantos ámbitos; poner de manifiesto el papel que ha desempeñado en la pérdida de ciertas destrezas y en el declive de la artesanía; y en último término, demostrar cómo dicho material se inscribe en la lógica del valor y del trabajo abstracto. Esta implacable crítica del hormigón, ilustrada con abundantes ejemplos, es también —y quizá sobre todo— la crítica de la arquitectura moderna y del urbanismo contemporáneo.
David Farrier nos invita a pensar cómo seremos recordados en los mitos, historias y lenguajes de las generaciones futuras. Porque el mañana de nuestro planeta estará colonizado por nuestra actual actividad humana, a través de la transformación de los ecosistemas, la explotación de los recursos naturales y la generación de desechos de larga duración. Los futuros fósiles del Antropoceno son parte de nuestro legado y, sobre todo, nos explican nuestro tiempo.
Huellas combina historia y ecología, literatura y ciencia, viajes y filosofía para darle la vuelta a muchas de nuestras preconcepciones, trazar analogías con otros momentos decisivos del pasado y mostrarnos cómo, frente al determinismo pesimista, existen aún alternativas e incógnitas en un maravilloso diálogo entre pasado, presente y futuro. De la mano de su propia experiencia vital e investigadora, acompañamos a Farrier desde el Báltico a la Gran Barrera de Coral, desde Shanghái a Tasmania, para descubrir un mundo que cambia aceleradamente, y cuyas consecuencias no solo alterarán nuestra forma de pensar sobre el futuro, sino también cambiarán nuestra forma de ver el mundo hoy.