"La era de la democracia de partidos ha pasado", así comienza Peter Mair su sombrío análisis de las perspectivas actuales de la representación política en el mundo desarrollado. Las transformaciones sufridas por los partidos y la indiferencia ciudadana hacia el mundo político tienen consecuencias sobre la reputación, la legitimidad y la eficacia de la democracia moderna. En las democracias de Europa occidental, la participación electoral está en declive y ha disminuido considerablemente la afiliación a los principales partidos, al tiempo que las élites políticas se están remodelando como una clase profesional homogénea y retirándose a instituciones estatales o semiestatales que ofrecen una relativa estabilidad en un mundo de votantes inestables. Paralelamente, proliferan y ganan credibilidad prácticas y órganos no democráticos, de forma que estamos asistiendo a la aparición de una idea de la democracia a la que se está despojando de su elemento popular. "Gobernando el vacío" sintetiza años de trabajo científico y crítico sobre el final de un periodo de lo que hemos conocido como gobierno democrático, una historia que nos atañe a todos.
El presente libro ofrece un excepcional estudio de los principales filósofos políticos del siglo XX. Según Michael H. Lessnoff es absurdo mantener que la filosofía política murió en el siglo XX. Con un análisis claro, inteligente y autorizado el autor demuestra que este siglo produjo toda una pléyade de filósofos políticos perfectamente comparables a los de época anteriores. La originalidad en teoría política siempre ha sido impulsada por nuevos problemas y crisis, de los que éste, el siglo más político de todos, no estuvo precisamente exento. Lessnoff examina las propuestas a las crisis políticas de ofrecidas tanto por escritores liberales como por neomarxistas, sin olvidar a pensadores más difícilmente clasificables, como Hannah Arendt y J. Habermas. Muestra también cómo las teorías políticas del siglo XX se constituyeron como reacción a fuerzas sociales e ideológicas profundamente arraigadas tales como la burocratización, la racionalización y el «desencanto». Herramienta fundamental para el estudiante de filosofía y de Ciencias Políticas, este libro será igualmente bien recibido por el lector interesado en el pensamiento político o en la historia de nuestro tiempo.
«¿Qué significa, pues, la mirada cosmopolita? No el amanecer de la confraternización general de los pueblos, ni los albores de la república universal, ni una mirada mundial que flotara libremente, ni el amor al otro por decreto. El cosmopolitismo no es tampoco un suplemento que deba sustituir al nacionalismo y al provincialismo, y ello no porque la idea de los derechos humanos y de la democracia precise de un suelo nacional. La mirada cosmopolita quiere decir: en un mundo de crisis globales y de peligros derivados de la civilización, pierden su obligatoriedad las viejas diferenciaciones entre dentro y fuera, nacional e internacional, nosotros y los otros, siendo preciso un nuevo realismo, de carácter cosmopolita, para poder sobrevivir.»
Escrito desde los antípodas ideológicos y espirituales de esta corriente de pensamiento, "Nacionalismo" (1960) es uno de los exámenes más lúcidos y estimulantes que jamás se hayan escrito acerca de este fenómeno. En él Elie Kedourie (1926-1992) alumbró una obra seminal para la comprensión cabal de un movimiento alumbrado por el "sueño" romántico en el siglo XIX, en el que conoció su auge, pero que se prolonga conflictivamente aún hasta nuestros días.
El nuevo texto de Paloma Aguilar constituye el mejor ejemplo de cómo la ciencia política puede combinar la agudeza teórica con una abrumadora documentación histórica y un cuidadoso análisis de encuestas. Se trata de un libro imprescindible para científi cos políticos e historiadores, interesados en nuestra reciente historia y en las transiciones a la democracia.
Este relato se propone #de manera todavía parcial, inicial e indicativa# exponer una posible historia de la política, la historia de los pueblos, que son los actores políticos, y el pensamiento o la filosofía política que los ha inspirado. Por lo general, estas historias siguen dentro de ciertos marcos que las limitan. Romper estos marcos, de-struirlos o de-construirlos para componer un relato sobre nuevas bases, esto es, desde otro paradigma histórico, es el propósito frontal de este libro. El primer límite que es preciso superar en las filosofías políticas en boga es el helenocentrismo, el olvido de que las palabras fundamentales de la política griega tienen un origen no griego. En segundo lugar, el occidentalismo, que no advierte la importancia del mundo bizantino para los inicios de la Modernidad política. El tercer límite es el eurocentrismo de las filosofías políticas, que obvian por desprecio o ignorancia todo lo alcanzado práctica o políticamente por otras culturas. A estos límites se añaden otros: la periodificación de la historia según los criterios europeos, el secularismo tradicional de las filosofías políticas, el colonialismo teórico de éstas en los países periféricos, y finalmente, límite no menor, la exclusión de América Latina cuando se indagan los orígenes de la Modernidad. No habría que leer esta historia como un relato más, sino como un contra-relato, como un relato de una tradición anti-tradicional. Como un buscar lo no dicho y lo no investigado en lo ya dicho. El «decir» de la corporalidad sufriente de los «condenados de la Tierra» es su punto de partida.