Cuando el agente literario Peter Katz recibe un manuscrito titulado El libro de los espejos, no puede evitar sentirse intrigado por lo que encuentra en él. Se trata de las memorias de un tal Richard Flynn, y en ellas habla de su época como estudiante en la Universidad de Princeton en la década de los ochenta, al tiempo que relata su estrecha amistad con otra estudiante y su relación con el profesor Joseph Wieder, un reconocido psicoanalista especializado en la pérdida de la memoria.
En el manuscrito, Flynn vuelve a los detalles olvidados de aquellos meses para contar la verdad sobre un trágico suceso que tuvo lugar la víspera de Navidad de 1987, hace más veintisiete años. Pero el manuscrito termina de forma abrupta y el agente literario se obsesiona por desenterrar la verdad. No será el único: un periodista de investigación intenta reconstruir los hechos y el detective original del caso, ya jubilado, pretende resolverlo antes de que el Alzheimer devore sus recuerdos.
Una fantástica mezcla entre inspiración y conocimiento nos acerca a la felicidad a través de un gran viaje. Con una calidez excepcional, este libro consigue dar herramientas al lector para llegar a la felicidad a través de la sabiduría que ha ido acumulando la humanidad a lo largo de los siglos y a lo ancho del mundo. Un libro abierto y vital que nos invita a hacer un viaje fascinante y nos da mil y una posibilidades para que cada uno encuentre su propia manera de sentirse bien.
La autora emprende el viaje primero a través de las civilizaciones perdidas del mundo. ¿Qué hacían los antiguos griegos o los romanos para sentirse mejor? Nos sumerge también en la herencia de amor que nos han legado los grandes poetas, artistas, científicos y otros sabios de nuestros días, a través de los cuales podremos aprender a conocernos mejor a nosotros mismos. Sin olvidar las importantes lecciones de vida que podemos aprender viajando por el mundo: cada parte del planeta esconde sabiduría, y conocerla es tener maneras diferentes de mejorar nuestro día a día.
Vagando por el mundo buscando la felicidad, sin saber por qué estamos aquí y cuál es nuestra misión. Deepak Chopra nos muestra que somos un misterio para nosotros mismos porque no nos han enseñado a mirar en nuestro interior donde hallaremos la clave para una realización plena. El amor, el trabajo, la salud y la fe se encuentran en nuestras células, y saber manejarse en nuestra cotidianidad como lo hace nuestro organismo es el secreto del éxito. A través de las cuatros vías de la experiencia (los sentimientos, los pensamientos, las acciones y el ser), Chopra nos propone una fascinante aventura por nuestra conciencia.
Venecia en algún momento del siglo XXI. La humanidad se encamina, sin saberlo, al colapso mientras una pareja recorre la ciudad, ajena a las señales que anuncian el final de la sociedad tal y como la conocemos. Él es profesor de Latín y disfruta de un año sabático; ella es escritora y trabaja en un ensayo sobre el amor. Ambos están destinados a desempeñar un papel fundamental en la transición hacia un nuevo mundo.
El libro de todos los amores ofrece una nueva mirada sobre un tema universal e indaga en las diferentes dinámicas que el amor adopta, tanto en el ámbito íntimo de la pareja como en otros aspectos de la vida pública, como la política, la economía o la ciencia.
DOS ENFERMEDADES MORTALES.
DOS ÉPOCAS DIFERENTES.
UN MISMO DESTINO: EL FIN DEL MUNDO SE ACERCA...
Para Kivrin, estudiante de Historia de la Universidad de Oxford, viajar a la Inglaterra del siglo XIV es un sueño hecho realidad. Por fin va a poder estudiar in situ una de las eras más apasionantes de la historia humana: la Edad Media.
Sin embargo, una crisis que vincula pasado y presente altera sus planes. Debido a un error en los cálculos del viaje, Kivrin queda atrapada en una de las epocas más mortíferas del medievo, al tiempo que una epidemia particularmente virulenta se extiende por la Inglaterra de mediados del siglo XXI, lo que imposibilita rescatarla…
El ego es justo lo contrario de nuestro verdadero ser. No es ese sustrato de nuestra existencia en el que nos reconocemos, sino una falsa identidad que adoptamos en nuestro proceso de socialización precisamente para que, reflexionando sobre lo accesorio, no nos planteemos preguntas sobre lo verdadero. El ego es un envoltorio de nuestra conciencia y, a menos que nos liberemos de él, jamás llegaremos a conocernos. Al ser un engaño, el ego rehuye lo sencillo, pues lo delata; lo difícil sí es un reto para él, y lo imposible un reto de verdad. Así pues, cuanto mayor sea el reto que aceptemos, mayor será el ego que estamos construyendo en nosotros mismos: es nuestra ambición la que dará la medida de nuestro ego, que es también la medida de nuestro fracaso.