Cuando a Warren le ofrecen la oportunidad de tener una compañera en un piso donde solo vivían chicos, acepta inmediatamente, ya que cree que puede ser interesante. Las dudas nacen cuando su nueva compañera de piso resulta ser Bridgette, una chica aparentemente fría y calculadora. ¿Podrá Warren descongelar el corazón de Bridgette? ¿Será ella capaz de aprender a amar? Tal vez algún día. Tal vez nunca.
Tras un desengaño amoroso, Elisa está decidida a retomar las riendas de su vida e ir tachando propósitos de su lista de objetivos: seguir siendo la mejor en su empleo, casarse, formar una familia, mudarse a una bonita casa a las afueras… ¿El problema? Todavía no ha conocido al futuro padre de sus hijos. Pero ella no es de las que se rinden tras un fracaso y tiene muy claro qué tipo de hombre desea a su lado. Para empezar, uno que no se parezca en nada al abogado con el que debe competir en su trabajo, ese que está poniendo a prueba toda su paciencia.
Jack Helker es tan atractivo como borde. A pesar de su sonrisa insolente y de que es el típico hombre que debería venir con un cartel en la frente en el que pusiese «no tocar», Elisa es incapaz de ignorar el deseo que siente cada vez que él está cerca. Y, entre rocambolescas citas, Froot Loops y noches imprevistas, empezará a reconsiderar que a veces «perder el control» también tiene sus ventajas.
«Quizá la princesa no encuentre a un caballero a lomos de un corcel cuando se asome a la ventana de la torre, pero tal vez sí tropiece con un seductor chico de ojos grises el día que se atreva a dejar atrás los seguros muros del castillo».
Me llamo Nick Klain y soy fotógrafo de moda. El mejor, si me aceptas la matización, y he hecho de mi carrera mi vida. No quiero líos amorosos que me desconcentren, numeritos de celos innecesarios y, mucho menos, relaciones duraderas que me hagan sentir con el agua al cuello. Solo hay un problema que se carga toda mi teoría y es que estoy loco por Ada, una miembro de mi equipo. Supongo que te preguntarás por qué me niego algo que deseo tanto. La respuesta es simple: sé que con ella no sería solo sexo y querría más, mucho más, y eso no es una opción para mí. Pero estoy cansado de ignorarla y solo deseo descubrirla, así que me encuentro nadando entre dos aguas o estancado en el fango, defínelo como quieras.
Si te decides a vivir nuestra historia tienes que saber varias cosas: no soy perfecto ni pretendo serlo, no voy a ponérnoslo fácil y, aunque he empezado hablando yo, ella tiene mucho que decir.
Nunca me gustaron los hombres más jóvenes que yo, hasta que él apareció y mi vida se llenó con los colores de su mirada y con todo lo que me hacía sentir cuando estaba a su lado. Sin embargo, lo que yo creía que iba a ser un «para siempre» terminó siendo un «adiós» rotundo, sin explicaciones ni contemplaciones.
¿Por qué? No lo sé. Podría decirte que yo era de las que pensaban que es necesario saber por qué te dejan, pero cuando te hacen tanto daño, el «motivo» es lo de menos y lo único realmente importante es lo que te duele, tus lágrimas y lo perdida que te sientes.
Ahora tengo que reconstruir mi vida desde cero, he de buscar otros colores y emplear otros trazos, y sé que no va a ser fácil. Una vez dije que lo evidente y lo sencillo era para todos, y lo difícil y lo arriesgado, para mí. Ha llegado el momento de demostrarlo, aunque ahora esté llorando... Voy a coger aire, a superarlo y a seguir.
Me llamo María Eugenia de la Rúa, voy a ser la diseñadora de Dior y esta es mi historia.
Una fascinante narración sobre el poder de las palabras, por la autora de Como agua para chocolate.
A través de la mirada de su hija Lluvia, conocemos la vida de Júbilo, quien se encuentra en su lecho de muerte y sin pronunciar una sola palabra. Antes, durante su infancia, que transcurre en los primeros años después de la revolución, se convierte en intérprete entre su madre y su abuela, una española y otra maya, que mantienen una distancia que parece insalvable, tanto en lo cultural como en lo personal. Desde entonces, descubre el inmenso poder de comunicarse y, guiado por esta inclinación de traducir y descifrar los sentimientos de los otros, llega a ser telegrafista.
Recorremos la vida del protagonista, a través de su amor con Lucha, sus alegrías y los episodios que muestran su carácter bondadoso, así como sus experiencias adversas, sus sueños rotos y una conflictiva relación con don Pedro, todo lo cual le mostrará que el peso de los sentimientos y el deseo son las fuerzas determinantes de la vida.
Violet Mitchell acaba de regresar a Filadelfia tras pasar una temporada en Londres. Lo último que esperaba es encontrar a sus hermanos al borde de la ruina financiera, y su hogar y su posición social en peligro. Nadie ha vuelto a saber nada de su padre desde que se marchó al Oeste en busca de fortuna en las minas de oro. Violet decide tomar las riendas y viajar a Montana para hallar respuestas.
Morgan Callahan dejó atrás el rancho de ganado de su familia para probar suerte en las minas. Parece que la ha encontrado en un yacimiento de plata pero, cuando se dispone a disfrutarla, Violet se cruza en su camino reclamando lo que, al parecer, considera suyo.
En medio de las áridas tierras de Montana y en plena fiebre del oro, cuando imperan la codicia y el peligro, y los más despiadados luchan por su lote de riqueza, Morgan y Violet no están dispuestos a ceder. Sin embargo, algo mucho más arriesgado que el oro hará que cambien de propósito.