Francia, 1939. En el tranquilo pueblo de Carriveau, Vianne Mauriac se despide de su marido, Antoine, que debe marchar al frente. Ella no cree que los nazis vayan a invadir Francia, pero lo hacen, con batallones de soldados marchando por las calles, con caravanas de camiones y tanques, con aviones que llenan los cielos y lanzan bombas sobre los inocentes. Cuando un capitán alemán requisa la casa de Vianne, ella y su hija deben convivir con el enemigo o arriesgarse a perderlo todo. Sin comida ni dinero ni esperanza, Vianne se ve obligada a tomar decisiones cada vez más difíciles para sobrevivir.
La hermana de Vianne, Isabelle, es una joven rebelde de dieciocho años que busca un propósito para su vida con toda la temeraria pasión de la juventud. Mientras miles de parisinos escapan de la ciudad ante la inminente llegada de los alemanes, Isabelle se encuentra con Gaëton, un partisano que cree que los franceses pueden luchar contra los nazis desde dentro de Francia. Isabelle se enamora completamente pero, tras sentirse traicionada, decide unirse a la Resistencia. Sin detenerse nunca para mirar atrás, Isabelle arriesgará su vida una y otra vez para salvar a otros.
«La teoría de los archipiélagos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores. Y es la primera vez que me pregunto si dos islas pueden tocarse en la profundidad del océano, aunque nadie sea capaz de verlo. Si eso existe, si entre los corales y sedimentos y lo que sea que nos ancla en medio del mar hay un punto de unión, sin duda somos tú y yo. Y, si no es así, estamos tan cerca que estoy convencido de poder llegar nadando hasta ti».
Haley afronta su primer año de universidad, lejos de casa y todo lo que conoce, con una duda que está dispuesta a resolver: si realmente el amor es algo más que lo vivido hasta el momento. Pronto creerá estar cerca de encontrar la respuesta cuando su camino se cruce con el de un misterioso chico de ojos grises cuya mera presencia grita «problemas».
¿Merece la pena dejarse arrastrar por una atracción irresistible a pesar de que todos a su alrededor digan que es una mala idea? ¿Se puede luchar contra los demonios que persiguen al chico malo del campus o debería alejarse?
Al final, lo más difícil es determinar a qué corresponde de verdad la palabra «amor».
Después de un curso más que complicado, Haley y Jayden han conseguido encontrar luz en medio de la oscuridad en la amistad que los une. Las heridas aún no han cicatrizado y los miedos no han dejado de acechar; es por eso que, cuando el nuevo curso empieza, los dos se necesitan demasiado para permitir que nada ni nadie ponga en riesgo esa amistad, ni siquiera ellos mismos.
¿Se puede volver a amar con el alma rota? ¿Existe alguien capaz de querer y completar al otro a pesar de todas las cicatrices? Jayden nunca había conocido el amor. Haley una vez pensó que lo había encontrado, ciego y abrasador.
Ahora puede que los dos estén a tiempo de descubrir que la verdadera definición del amor… es otra cosa.
Eva y Gideon se han casado por fin, pero lejos de aportarles placidez y seguridad, el matrimonio abre en Gideon viejas heridas y los fantasmas de su pasado amenazan la felicidad de ambos.
«En el momento más luminoso de nuestras vidas, la oscuridad de su pasado nos invade y amenaza todo lo que hemos conseguido. Debemos elegir entre la comodidad de las vidas que teníamos antes de conocernos o la lucha por un futuro que de repente parece un sueño imposible y sin esperanza.»
Enamorarme de él fue lo más sencillo que me ha pasado nunca. Sucedió al instante. Completamente. Irrevocablemente. Casarme con él fue un sueño hecho realidad. Seguir casada con él es la lucha de mi vida. El amor transforma. Nuestro amor es tanto un refugio en el que guarecerse de la lluvia como la más violenta de las tormentas. Dos almas dañadas entrelazadas en una sola.
Ambos hemos destapado y compartido nuestros más profundos y horribles secretos. Gideon es el espejo que refleja todas mis imperfecciones? y toda la belleza que no pude ver. Él me lo ha dado todo. Ahora, tengo que demostrar que soy la roca, el refugio que él es para mí. Juntos podemos enfrentarnos a aquellos que solo buscan malmeter entre nosotros. Pero nuestro mayor desafío puede residir precisamente en los votos que nos dan la fuerza para llevarlo a cabo. Comprometerse a amar solo fue el principio. Luchar por él nos hará libres? o nos separará para siempre.