La familia de Georgette Castle regenta la mejor empresa de reformas de la ciudad, pero ella prefiere ganarse la vida como animadora de fiestas infantiles. Es la pequeña de la familia y quizás por eso nadie la toma en serio, pero está decidida a que eso cambie: quiere impulsar su negocio, renovar a fondo su armario, salir más y dejar de suspirar por Travis Ford. Pero alcanzar la mejor versión de sí misma implica afrontar la realidad: Georgie nunca ha tenido una cita. Nadie invita a la bromista del grupo a pasar una noche de sexo desenfrenado. Quizás si la gente pensara que está inmersa en una tórrida aventura amorosa, no la verían solo como la hermanita que trabaja haciendo reír a los niños. ¿Y quién mejor para ayudarla a acabar con esa imagen que la estrella del deporte más famosa de la ciudad? Travis Ford era el jugador de béisbol profesional más atractivo de la liga hasta que una lesión acabó con su carrera. Ahora intenta olvidar sus días de gloria, pero ni siquiera puede cruzar la calle sin que alguien le recuerde sus mejores momentos o haga alguna broma al respecto Y luego está Georgie, la hermana de su mejor amigo, que ya no es ninguna niña. Cuando ella le propone un plan disparatado que finjan salir juntos para impresionar a su familia y ayudarlo a él a encontrar un nuevo trabajo, Travis acepta. ¿Qué daño podría hacer? Ni que fuera algo real. Pero la chica a quien Travis solía fastidiar de pequeña es ahora una mujer divertida y vital, no hay nada de falso en lo mucho que le gusta.
Edna St. Vincent Millay es una de las poetas norteamericanas más fascinantes y menos conocidas del siglo XX. Perteneciente a la generación de T.S. Eliot y Wallace Stevens, su militancia feminista y su radical independencia provocaron que su obra tardara en difundirse, a pesar de haber ganado el Premio Pulitzer (1923). Su personalidad arrolladora congregó a multitudes en sus lecturas y polémicas apariciones públicas, que hicieron de ella una precursora de una nueva forma de ser mujer, liberada y bohemia, sin miedo a proclamar sus ideas políticas y proponer innovadoras vías de expresión de la experiencia femenina.
Florence Day escribe por encargo para una de las autoras de romántica más prolíficas de la industria, pero tiene un problema: tras una ruptura terrible, ha dejado de creer en el amor. Para ella, está muerto y enterrado. Y de esto Florence sabe mucho, porque tiene un don que le permite ver fantasmas desde niña.
Cuando su nuevo editor no acepta darle una prórroga para su última entrega, Florence se prepara para decirle adiós a su carrera, pero justo entonces recibe una llamada sobre otra despedida que la obliga a volver a casa. Y, aunque Florence espera encontrarse su pueblo natal casi como lo dejó, se lleva una sorpresa cuando un fantasma inesperado la sorprende en la puerta de la funeraria familiar.
Para ella, el romanticismo ha pasado a mejor vida... pero lo mismo le ha sucedido a Benji, su editor, y su asunto sin resolver hará que Florence se cuestione todo lo que siempre ha creído saber sobre las historias de amor.
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
«Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro.
Encontró el cadáver cubierto con una manta en el catre de campaña donde había dormido siempre, cerca de un taburete con la cubeta que había servido para vaporizar el veneno.»
Florentino Ariza? no había dejado de pensar en ella un solo instante después de que Fermina Daza lo rechazó sin apelación después de unos amores largos y contrariados, y habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días. Ambientada entre 1880 y los años treinta en una ciudad portuaria innombrada pero que se ha identificado con la legendaria Cartagena colombiana, donde Gabriel García Márquez escribiera sus primeros textos, la apasionada historia que aquí se cuenta está entre las más recordadas de la literatura contemporánea. En una sociedad enfrentada entre el convencionalismo y la vanguardia, la costumbre y el progreso científico, el romance de Florentino Ariza y Fermina Daza está destinado a permanecer en la memoria de sus lectores en un tiempo idílico.
«La voz garciamarquiana alcanza aquí un nivel en el que resulta a la vez clásica y coloquial, opalescente y pura, capaz de alabar y maldecir, de reír y llorar, de fabular y cantar, de despegar y volar cuando es necesario.»
Thomas Pynchcn, The New York Times
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones.
En el relato que inaugura la colección, «Anverso», Maureez Samson, una joven de Rodrigues (Mauricio), deberá afrontar el duelo tras la desaparición de su padre en el mar; la violencia, cuando su padrastro intenta violarla, y la realidad del convento en el que decide refugiarse, hasta que su don para la música le permita encontrar una razón para vivir. En «Camino de luz», una adolescente embarazada y un chico discapacitado huyen de un campo de niños esclavos creado por los «revolucionarios» marxistas de Perú. «La pichancha» narra las andanzas de unos chavales de la frontera entre México y Estados Unidos que atraviesan las alcantarillas para visitar el paraíso prohibido. En el cuento que da título a este libro, un joven inmigrante no vive más que por el amor a su familia, que se ha quedado al otro lado del mar, en Tata. ¿Sobrevivirán estos inolvidables héroes en un mundo de duras leyes y acerada modernidad?
"Dejar de leer es la muerte instantánea. Sería como vivir en un mundo sin oxígeno."
Al acercarnos a algunas de sus lecturas preferidas, Rosa Montero nos sumerge en un mundo literario propio, íntimo y universal al mismo tiempo, formado por grandes historias, heroes valientes, monstruos memorables, jóvenes misteriosos o malvados geniales.